Las relaciones entre Paraguay y Argentina vienen mostrando un preocupante deterioro, acentuado durante el gobierno de Mario Abdo Benítez, lo que ha afectado los intereses paraguayos en diversas cuestiones importantes.
El punto de partida de esta tensa situación se agravó con la imposición por parte de Argentina de un peaje en la hidrovía Paraguay-Paraná a las embarcaciones paraguayas, lo que ha afectado el comercio y la navegación en el Río Paraná, una vía vital para el transporte de mercancías y productos. Las quejas de las autoridades paraguayas, incluido el presidente Mario Abdo Benítez, fueron ignoradas por los argentinos.
Otro aspecto en el que Argentina desconoció a Paraguay fue con el acuerdo firmado entre los expresidentes Horacio Cartes y Mauricio Macri, relacionado con la deuda de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) con el Tesoro argentino, así como el nuevo ordenamiento administrativo, lo cual fue ignorado por el parlamento argentino.
Otra cuestión que ha profundizado las diferencias con nuestro vecino es la falta de consideración por parte de Argentina respecto al Anexo C del tratado de Yacyretá, cuya vigencia expiró el 27 de marzo de 2014. El hecho de que este asunto siga sin ser abordado adecuadamente ha generado críticas y malestar en Paraguay, que busca reivindicar sus derechos y soberanía sobre la utilización de la energía generada por la hidroeléctrica, de la cual Argentina sigue sacando provecho en las actuales condiciones.
El gobierno del presidente Mario Abdo Benítez, de postura endeble en la defensa de los intereses paraguayos, hizo muy poco para lograr una mayor consideración hacia nuestro país por parte de Argentina. Los sucesivos cambios de cancilleres (seis en cinco años) no favorecieron la política internacional de Paraguay, ni mucho menos para defender los intereses paraguayos y mantener un diálogo constructivo con el vecino argentino.
El director paraguayo de Yacyretá, Nicanor Duarte Frutos, quien presumía de sus buenas relaciones con los gobiernos de izquierda argentinos, no ha logrado avanzar en la cuestión de Yacyretá y, por el contrario, la administración de Fernández-Kirchner ha reducido significativamente los ingresos de Paraguay por la cesión de energía generada por la hidroeléctrica. Anteriormente, Paraguay recibía de 18 a 20 millones de dólares mensuales, mientras que ahora solo recibe 10 millones, lo que ha llevado a la entidad binacional, en la margen paraguaya, a enfrentar problemas financieros.
Ante este contexto, el desafío de la próxima administración bajo la dirección de Santiago Peña, que asumirá el 15 de agosto, será restablecer las buenas relaciones con Argentina y buscar la reivindicación de los intereses paraguayos. Se espera que esta nueva administración busque un diálogo constructivo con el gobierno argentino y abogue por la defensa de la soberanía paraguaya en temas como Yacyretá y el uso de la hidrovía.
El restablecimiento de la confianza y la cooperación mutua entre Paraguay y Argentina será crucial para resolver los desacuerdos pendientes y avanzar hacia una relación bilateral más sólida y beneficiosa para ambos países. La estabilidad y el desarrollo de la región dependen, en gran medida, de una colaboración constructiva entre vecinos.