Puede que sea una coincidencia. Sin embargo, llama la atención que desde que se desmanteló la Dirección de Inteligencia Aérea Fluvial y Terrestre (DIAFT), el tráfico de drogas vía fluvial creció considerablemente. Esto ocurrió en el 2020 por resolución del entonces ministro de la SENAD, Arnaldo Giuzzio, casualmente, desde la desaparición de dicha unidad hubo una ofensiva en cadenas de cargas de cocaína que cayeron en Europa.
Mucho se habla del combate al narcotráfico. Si esa versión es cierta, entonces todo lo que dejó pasar la Dirección Nacional de Aduanas merece una acción y reacción fuerte del Gobierno y de todas las estructuras públicas dedicadas a combatir el mal; desde su prevención, investigación y castigo. Hoy, la percepción es lo contrario; una actitud a favor de la impunidad.
La eliminación de la DIAFT tuvo lugar durante la gestión de Arnaldo Giuzzio al frente de la institución de lucha contra el narcotráfico. Justo desde ese momento, el tráfico de drogas ganó mayor movimiento, utilizando a Paraguay como un corredor con enfoque mundial.
Quienes siguen las publicaciones de nuestro diario encontrarán en la Edición de la fecha una detallada cronología de cómo se desarrollaron los hechos. En verdad, todo resulta muy sugestivo: pues durante los tres últimos años (2020/2023) posteriores al desmantelamiento de la DIAFT, Paraguay fue constantemente noticia por enormes cargas de cocaína detectadas en Europa.
Repetimos, coincidencia o no, con el desmantelamiento de la DIAFT, el tráfico de cocaína se volvió más frecuente por los puertos públicos y privados. Aunque internamente se brinda poca información sobre este tema, ya que está opacada por las noticias de peleas entre los políticos, en el extranjero pintan a la Nación guaraní como país narco y la ruta de la droga.
El panorama no es de lo mejor. El poder político ni siquiera se percató de la gente de Aduanas. Tampoco avanzan con ritmo las investigaciones fiscales. Por el momento, será difícil eximir de responsabilidad a Mario Abdo Benitez, porque los sucesos ocurrieron bajo su Gobierno. El tiempo lo juzgará a él. Lo que debe agregarse es que dentro de unos días más, el liderazgo en la obligación de combatir el flagelo estará en manos de Santiago Peña, quien no puede permitir el error de su antecesor.