En Paraguay, la violencia contra niñas, niños y adolescentes siempre fue una problemática grave y continua. Según datos del Ministerio Público, en 2024 se registraron 22.540 casos de hechos punibles contra menores, lo que equivale a 61 víctimas por día.

Es importante saber que existen muchos tipos de violencia a la que son expuestos los niños, niñas y adolescentes, como la violencia física, la emocional, la explotación laboral, entre otros. Estos tipos de abuso en menores se pueden desarrollar en distintas áreas, principalmente en el hogar, en el entorno escolar, o en el entorno social.
Por ello es importante saber, que la comunicación con los menores es crucial para identificar las situaciones de violencia, si enseñamos desde temprana edad a los menores a identificar la violencia, podemos prevenir o reconocer situaciones que los ponen en peligro a ellos, u otros menores de su entorno social.
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En una entrevista exclusiva con La Tribuna, la psicóloga Noelia Castillo remarcó la importancia del abordaje emocional con los menores. “Un punto muy importante que hay que saber es que el miedo paraliza y la información empodera. Entonces, lo recomendable siempre es hablar desde la calma, brindándole seguridad y validando las emociones de los niños”, explicó.
Hablar de violencia con los más pequeños
La especialista recomienda utilizar un lenguaje accesible, centrado en lo cotidiano. “En lugar de decir “si alguien te hace daño, contame”, podemos decir “si algo te hace sentir incómodo, raro o triste, yo estoy para ayudarte’. Así les damos confianza sin generar ansiedad”.
Educar no es alarmar: es sembrar protección
Desde los primeros años, es posible enseñar respeto, cuidado del cuerpo y límites personales. A medida que el cerebro se desarrolla, también lo hacen áreas clave como el lenguaje, la autorregulación y la empatía. No se trata de hablar directamente de violencia desde edades tempranas, sino de enseñar lo que está bien y lo que no, con un lenguaje acorde.
El juego, la lectura de cuentos, los roles y las láminas sobre emociones son herramientas efectivas para enseñar a los niños a reconocer y expresar lo que sienten. “El lenguaje moldea el pensamiento. Cuando un niño puede decir “eso no me gusta” o “me siento mal cuando me gritas”, está usando habilidades fundamentales para su desarrollo emocional”, añadió.
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Detectar señales para intervenir a tiempo
La importancia de estar atentos a señales que podrían indicar que un niño sufre violencia:
• Cambios repentinos en el comportamiento: irritabilidad, retraimiento, agresividad.
• Problemas de sueño, alimentación, concentración y aprendizaje.
• Conductas regresivas como chuparse el dedo, mojar la cama.
• Miedo excesivo hacia ciertos adultos o situaciones.
• Baja autoestima o autolesiones.
• Hipersensibilidad a las críticas.
Son señales, deben ser observadas con empatía, sin minimizar. El cerebro de un niño expuesto a violencia vive en alerta constante y eso afecta todo su desarrollo.
El rol de la escuela: protección o perpetuación
La comunidad educativa cumple un doble papel clave en las situaciones de violencia, puede ser un espacio de protección, detección y contención; pero si no promueve una cultura de respeto y equidad, puede convertirse en un entorno que reproduce la violencia.
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La psicóloga señala que, desde un enfoque neuropsicológico, “el cerebro en desarrollo es altamente sensible al entorno. La exclusión o la falta de contención emocional en la escuela afecta la regulación emocional, la autoestima y la capacidad de aprendizaje”.
Sin respuesta
Nuestro medio intentó contactar con representantes del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia para conocer en detalle los programas de prevención, atención y acompañamiento a víctimas de violencia infantil que están actualmente en vigencia. Sin embargo, no obtuvimos respuesta por parte de la institución.
Líneas de ayuda
Si conocés o sospechás que un menor está siendo víctima de violencia, podés comunicarte a:
• 147 Fono Ayuda (MINNA), disponible las 24 horas.
• 911 Policía Nacional, para emergencias.
• 133 Defensoría de la Niñez y Adolescencia, para asesoramiento legal.
• También podés acudir a la Codeni de tu ciudad.