La historia de nuestro diario está cargada de vivencias del antes, durante y posterior proceso de paz de la guerra protagonizada por Bolivia y Paraguay, cuya firma de cese de conflicto fue hace 88 años. Miles de líneas fueron redactadas desde el propio campo de batalla, siendo un medio fundamental para la población de la época que leía sobre los últimos avances bélicos desde los diferentes frentes de batalla.
El 12 de junio se celebra un año más de la firma del protocolo de la Paz del Chaco en 1935 y que puso fin a la única hostilidad que disputaron Paraguay y Bolivia en el siglo XX. Este medio fue fundamental para informar de los detalles de la contienda a la ciudadanía que tenía la información detallada de su desarrollo.
Una pena que el paso del tiempo y materiales dañados no nos permitan replicar una copia de lo publicado por nuestro medio en los días siguientes al notable evento. Sin embargo allí estuvimos informando en un momento histórico para nuestros dos países.
Lo que dijo un historiador
En su libro, “Efemérides de la historia del Paraguay”, el historiador Efraín Cardozo recuerda que en esta fecha, 12 de junio pero de 1935, se firma en Buenos Aires el protocolo de la Paz del Chaco. Aunque el 9 de junio de 1935 se había llegado en esta ciudad a un acuerdo sobre los puntos fundamentales para la Paz del Chaco, continuaron las conversaciones para convenir con los detalles, pese a que un incidente estuvo a punto de malograr esta obra.
Esto porque la frase que usó uno de los mediadores fue considerada lesiva para el Paraguay, el canciller Riart, movió a este a declarar que daba por terminada la negociación. El canciller del Brasil Macedo Soares, sostuvo decididamente la actitud del ministro paraguayo, pero le invitó a no abandonar la conferencia y a escuchar una última proposición.
Luego de que el canciller Riart asintiera, el canciller Soares presentó una propuesta que conciliaba satisfactoriamente los puntos de vista aun divergentes. El canciller boliviano Tomás E. Elio la aceptó pero el paraguayo repuso que era preciso consultar con el presidente Ayala. Desde la sede de la cancillería argentina, Riart se comunicó con Ayala y este manifestó su consentimiento.
Sobrepasados los inconvenientes, el momento de la firma fue a las 3 de la mañana del día 12 de junio, según recuerda Cardozo.