La periodista María Cristina Sanabria falleció en la fecha, luego de enfrentar una prolongada lucha contra el cáncer de estómago que la mantuvo en tratamiento durante los últimos siete meses.
Su familia confirmó la noticia del deceso en horas de la mañana del miércoles y que se produjo tras una resistencia tenaz frente a la enfermedad. La periodista, ampliamente reconocida por su integridad y entrega profesional, construyó una trayectoria respetada en medios radiales, escritos y especialmente en la televisión, donde consolidó su imagen pública y su compromiso social.
María Cristina Sanabria supo ser figura
Sanabria se convirtió en una figura insoslayable de la comunicación paraguaya, distinguida no solo por su capacidad periodística sino también por su profunda convicción humanista.
A lo largo de su carrera, se erigió en defensora constante de los derechos humanos, denunciando injusticias y visibilizando casos que exigían intervención urgente por parte de las autoridades y de la sociedad en su conjunto.
Su voz, clara y decidida, nunca se ausentó de las coberturas que involucraban conflictos sociales, denuncias de abuso o situaciones de vulnerabilidad extrema.
El guaraní como herramienta laboral
Uno de los aspectos más recordados de su legado será, sin duda, su firme defensa del idioma guaraní como herramienta de información pública. María Cristina Sanabria fue una de las pocas periodistas en transmitir noticieros en guaraní de forma fluida, dignificando así el idioma originario ante una audiencia que muchas veces fue excluida por la barrera idiomática.
Su decisión de integrar el guaraní a los espacios informativos televisivos respondió a una convicción profunda: acercar la verdad a todos los sectores del país, sin excepción, y con respeto a la identidad cultural del Paraguay.
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Su vida en ejercicio del derecho
Además de su rol como periodista, María Cristina Sanabria también ejerció la abogacía, sin alejarse nunca de sus principios. En su labor como abogada, canalizó el mismo compromiso que demostró en el periodismo, colocando su conocimiento legal al servicio de las personas que requerían protección ante la injusticia.
En los tribunales, así como en los medios, defendió con la misma pasión las causas en las que creyó.
Su ausencia deja un vacío doloroso en las redacciones donde trabajó, espacios donde su voz y criterio profesional marcaron una pauta. Quienes compartieron con ella jornadas de trabajo, coberturas en terreno y debates editoriales, la recordarán como una colega leal, una periodista rigurosa y una mujer que, en cada oportunidad, optó por el lado de los más vulnerables.
El periodismo paraguayo pierde a una referente, pero su recuerdo persistirá en cada palabra dicha en guaraní frente a una cámara, en cada historia contada con respeto, y en cada causa defendida con coraje. Su paso por la comunicación no fue silencioso: fue claro, coherente y profundamente humano.
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