La Marcha Campesina llegó a su edición número 31, consolidándose como una de las movilizaciones más tradicionales del sector agrario en el país. Desde las primeras horas del día, cientos de campesinos comenzaron a congregarse en el ex Seminario Metropolitano, punto de partida tradicional de la manifestación. A las 6:00 de la mañana, la jornada inició con el desayuno, marcando el primer paso de una logística organizada y disciplinada.
Los manifestantes siguieron de cerca las indicaciones de la Policía Nacional, procurando minimizar el impacto de su movilización en la rutina de la ciudadanía. A las 8:30 estaba previsto el inicio de la marcha, siguiendo el mismo recorrido de años anteriores: avenida Kubitschek, avenida Eusebio Ayala, mercado 4, General Aquino, Azara y finalmente el microcentro de Asunción, hasta la Plaza de Armas. Allí, desde las 10:00 hasta el mediodía, los manifestantes realizarán un micrófono abierto para exponer sus reclamos dirigidos al Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Misma Marcha Campesina, mismos reclamos
Las demandas principales se mantienen inalterables con el paso de los años. Reforma agraria, apoyo a la agricultura familiar, regularización de tierras e insumos para el sector rural. Además, exigen acceso a servicios básicos como salud, educación, agua potable y electricidad, denunciando que en el interior del país estas necesidades siguen sin ser plenamente atendidas.
La Policía Nacional estimó que al menos 2.200 personas ya estaban concentradas en el exseminario poco antes de la partida, con la posibilidad de que la cifra aumentara hasta los 2.500 manifestantes a medida que avanzara la jornada.
Cambios de último momento en la Marcha Campesina
Aunque la marcha debía comenzar unificada, el Partido Paraguay Pyahurã, sorprendió con una decisión estratégica: adelantarse al grupo principal y tomar un itinerario distinto. Su salida se produjo a las 8:05 horas, con una organización rápida y decidida. En lugar de seguir el trayecto tradicional, avanzaron por José Asunción Flores con dirección a la avenida Eusebio Ayala, donde tenían previsto reunirse posteriormente con el resto de las agrupaciones.
Este movimiento inusual llamó la atención, ya que en ediciones anteriores todas las organizaciones marchaban juntas desde el inicio.
A lo largo del recorrido, persistió la incertidumbre sobre el número exacto de participantes, aunque un referente de la Federación Nacional Campesina (FNC) enfatizó que lo más importante no es la cantidad de manifestantes, sino la fuerza del mensaje que llevan hasta las autoridades.
Se espera que, una vez unificados sobre la avenida Eusebio Ayala, los manifestantes continúen su trayecto hasta la Plaza de Armas, donde se desarrollará el acto central. El brazo político de la organización campesina, que en los últimos años ha buscado fortalecer su participación electoral, también juega un papel clave en la movilización. Entre los líderes reconocidos se encuentran Elio Flecha, Rosa Flecha, Marcial Gómez y Eduardo Ojeda, figuras representativas de la lucha campesina.
A pesar de la división inicial en los itinerarios, el objetivo sigue siendo el mismo: visibilizar los reclamos del sector campesino y exigir respuestas concretas de las autoridades nacionales.