Paraguay se encuentra inmerso en un largo período de transición entre la elección de un nuevo presidente y la asunción del siguiente, que se extiende por un total de 107 días. Esta situación genera un escenario peculiar y desafiante en el cual el presidente saliente ejerce cada vez menos poder, mientras que el presidente electo espera para asumir su cargo y comenzar a gobernar.

Este interregno político puede resultar complicado de entender para los observadores extranjeros, ya que contrasta con la lógica de una transición fluida y rápida entre líderes del mismo partido. En teoría, debería ser como una posta de relevos, en la que el presidente entrante recibe el testigo y continúa la gestión sin problemas. Sin embargo, esta no es la realidad que se vive en Paraguay, donde ni el equipo de transición logra consensuar puntos de vista.

El presidente electo, Santiago Peña, ha solicitado al presidente Mario Abdo Benítez que detenga todas las licitaciones y contrataciones que no sean estrictamente urgentes. Existe la sospecha de que se está gastando dinero público de manera apresurada e innecesaria durante los últimos meses del mandato de Mario Abdo.

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Un ejemplo reciente de esta situación es el nombramiento de la asesora de imagen de la esposa del presidente como primera secretaria de la embajada paraguaya en Canadá. Si bien esta designación es legal desde el punto de vista político, ya que corresponde al cupo del presidente, resulta cuestionable habiendo una larga lista de funcionarios de carrera que esperan ascender a ese rango diplomático.

Licitaciones apresuradas

Lea Giménez, coordinadora del equipo de transición designado por el presidente electo, denunció que recibieron quejas sobre nombramientos, ascensos, recategorizaciones y licitaciones apresuradas. Entre los casos destacados se encuentran varios nombramientos en la cancillería, compras de medicamentos a largo plazo y diversas licitaciones en entidades como Essap, Copaco, el Ministerio de Obras, la Secretaría Nacional de Deportes y la Administración Nacional de Navegación y Puertos.

Por su parte, Peña recordó que durante la transición de gobierno en 2008, entre dos grupos políticos diferentes, el entonces presidente Nicanor Duarte Frutos había emitido un decreto para detener las contrataciones de personal y las licitaciones públicas antes de la asunción del nuevo mandatario. Sin embargo, el actual presidente, Mario Abdo, rechazó esta sugerencia, argumentando que no permitirá que se le imponga un criterio administrativo, y afirmó que actualmente hay menos licitaciones en curso que cuando recibió la administración del expresidente Cartes.

Unico en la región

La disputa por el poder y el limbo de decisiones entre las autoridades entrantes y salientes se intensifica, generando tensiones y preocupaciones sobre el uso adecuado de los recursos públicos. Paraguay es el único país de la región que tiene un periodo de transición tan largo, según se puede observar en el siguiente cuadro:User

PaísPlazo para la asunción
Brasil60 días
Chile80 días
Colombia50 días
Argentina43 días
Perú30 días
Uruguay90 días
Paraguay107 días

Mientras que algunos países, como Perú, tienen un período relativamente corto de 30 días, otros, como Paraguay, enfrentan una transición prolongada de 107 días.

No obstante, hay que considerar que estos plazos reflejan las particularidades de cada sistema político y las regulaciones establecidas para garantizar una transición ordenada del poder.

En el caso de Paraguay, el largo periodo de transición afecta la dinámica política y administrativa del país, así como la posibilidad de tomar decisiones y abordar los desafíos urgentes que enfrenta la república.