El gobierno de la dupla Fernández/Kirchner, al parecer va quedando atrapado en las garras de Pekin. Ese hecho puede dar a entender que el Gobierno argentino se comprometió demasiado o ya recibió alguna regalía de Pekin, que prácticamente tiene bajo control a la vecina Nación.
Sirve tener en cuenta lo que ocurre en Argentina como también vale observar cómo opera China en su intención de tener una presencia ejecutiva en el Cono Sur sudamericano. El país asiático juega con todo lo que tiene a favor, en que resalta su poder de compra de los productos, en especial agrícolas.
Argentina siempre se mostró seducida con la venta de maíz, sorgo y otras materias primas. Sin embargo, la presencia privilegiada de China de la mano de la Argentina genera resistencia de los Estados Unidos. La pugna no es sólo entre gobiernos. Pues, incluso, hay disputas entre empresas de las dos potencias mundiales, que muchas veces son invisibles o no figuran en la agenda de los medios de prensa.
Lo cierto es que la presión China no está relajada. Ni mucho menos. Eso se traslada hasta en el campo privado. Como ejemplo citamos que se conoce una carta protesta de una empresa asiática al embajador argentino en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, quejándose de la decisión del gobierno argentino porque se sacó a la firma China, CCCC Shanghai Dredging CO, de un llamado a licitación. Tal como suena.
En esa citada carta hasta se menciona a la Hidrovía. Así, Wang Zhimin, gerente general de la china CCCC Shanghai Dredging CO, llegó a resaltar que la Hidrovía está “altamente alineada con los principios de cooperación del programa la Ruta y la Franja -la nueva Ruta de la Seda- que promueve el gobierno chino” y que “revestirá grandes significados para la cooperación” entre ambos países. El contenido y la redacción puede considerarse como una sutil manera de presión.
Desde La Tribuna queremos dejar en evidencia cómo Pekin usa todo lo que tiene a favor para mantener su Agenda en el Cono Sur, y cómo hasta sus empresas privadas juegan por sus intereses mediante el conocimiento de los datos oficiales. Es posible que en esa suerte de posibilidad de apriete haya habido el antecedente de alguna regalía recibida por altos funcionarios del gobierno de Fernández.
Lo cierto es que la Hidrovía continúa siendo el centro de atención de Pekin y observada por Washington. El nuevo Gobierno de Santiago Peña no puede ignorar lo que está pasando. Tanto China como las grandes potencias Occidentales (EEUU y Europa) desarrollan conocidas e innovadoras estrategias para posicionar influencias en América Latina, en especial en el Cono Sur, siendo una de las vías la Hidrovía.
Lo que Paraguay debe entender es que es parte de la Hidrovía y que Argentina y ningún otro país puede condicionar o negociar el futuro de la República. Obviamente, para eso se precisa de un Gobierno atento a lo que ocurre en la zona Sur del continente y que sepa proteger y hacer valer lo que corresponde a la Nación. Es la forma de evitar algún apriete o presión como estaría pasando la Argentina bajo la conducción de la dupla Fernández/Kirchner.
