El uso de menores para introducir objetos prohibidos en eventos deportivos ha generado preocupación e indignación entre las autoridades y la ciudadanía.
A propósito, el comisario principal Héctor Fernández, jefe de eventos deportivos de la Policía Nacional, expresó su rechazo hacia esta práctica, señalando que, aunque no existen denuncias formales con nombres concretos, las sospechas sobre esta lamentable estrategia persisten.
Los menores como blanco de explotación
En contacto con la 970 AM, Fernández destacó que el uso de niños para fines indebidos representa un abuso grave y una violación a la protección que garantiza la Constitución Nacional en su artículo 54, el cual prioriza el bienestar de los menores.
El comisario afirmó que esta situación no se confirmó en el evento del miércoles, pero evidenció la vulnerabilidad de los menores en un contexto donde la magnitud de los encuentros deportivos limita con frecuencia el control.
«Exponemos a los niños a intereses ajenos que violan su inocencia y los convierten en herramientas para actos cuestionables», lamentó Fernández, reflexionando sobre la responsabilidad compartida entre las familias, las autoridades y los organizadores de eventos para evitar este tipo de situaciones.
Controles y coordinación interinstitucional
Ante estas sospechas, la Policía Nacional trabaja junto a la Secretaría de la Niñez y la Fiscalía para reforzar la seguridad en los estadios y establecer mecanismos más efectivos de control.
Sin embargo, Fernández reconoció que realizar inspecciones exhaustivas en entradas con miles de asistentes, la mayoría de los cuales llega minutos antes del inicio del evento, representa un desafío logístico muy grande para los uniformados.
Por este motivo, las autoridades priorizan controles al azar, al tiempo que buscan concienciar al público sobre la importancia de colaborar para garantizar un ambiente seguro.
“La seguridad en estos eventos no puede recaer solo en la Policía. Es un esfuerzo colectivo que requiere responsabilidad de todos los asistentes”, subrayó.
La necesidad de frenar los abusos a menores
La utilización de menores en este tipo de actos no solo refleja un problema de seguridad, sino también un fracaso social que requiere atención inmediata. Fernández insistió en que estas prácticas, de ser comprobadas, deben ser castigadas con firmeza para prevenir que se repitan en el futuro.
La explotación de los niños en un espacio que debería ser de disfrute y unión, como un evento deportivo, demuestra la urgente necesidad de una mayor vigilancia y de medidas coordinadas que garanticen la protección de los más vulnerables.
Mientras se fortalecen estas acciones, queda instar a la conciencia colectiva para poner fin a estas indignantes prácticas.
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