Fabián Chamorro, historiador y promotor cultural, dedicado a revalorizar la historia nacional con un enfoque innovador que busca acercarla a las nuevas generaciones. Su pasión por los eventos históricos, en especial la Guerra de la Triple Alianza y sus consecuencias, lo llevó a publicar libros como Cerro Corá en las memorias de sus sobrevivientes y a desarrollar investigaciones basadas en archivos inéditos. Como miembro de la Academia Paraguaya de la Historia, Chamorro combina rigurosidad académica con estrategias creativas, como recorridos históricos y el uso de tecnología digital, para hacer la historia más accesible. En entrevista con La Tribuna, asegura que “lamentablemente el paraguayo no conoce su historia”. Destaca la necesidad de un enfoque vivencial y dinámico para el acercamiento a las nuevas generaciones.

¿Qué te motivó a convertirte en historiador y a dedicarte a la divulgación de la historia paraguaya? ¿Cuándo y cómo nace esa pasión por la historia?

La verdad es que tuvo que ver con varios eventos. Yo me crie con mis abuelos, porque por mis padres salían a trabajar. Entonces yo pasaba todo el día con mis abuelos, tanto paterno como materno, porque vivían cerca y ellos siempre hablaban de la Guerra del Chaco y de las revoluciones. Para más, uno de la Colorado y otro Liberal, entonces, escuchaba todas las versiones con respecto, especialmente a las revoluciones. Luego en la secundaria tuve un profesor de historia que era muy bueno, muy motivador y eso terminó así empujándome luego a comenzar a trabajar y a leer más sobre la historia del Paraguay, porque al principio mi lectura era histórica, pero iba más a la historia universal. Después de haber pasado por el colegio es que me comencé a interesarme más por la cuestión de la historia nacional.

¿Cuáles son los temas que más le apasionan dentro de la historia de Paraguay y por qué?

De la historia del Paraguay, yo, al principio, comencé a interesarme mucho por la Guerra de la Triple Alianza. De hecho hice varios trabajos sobre la guerra de la Triple Alianza, trabajo investigativo con documentación y después comencé a hurgar en bibliografía, no solamente en Paraguay sino también los otros países participantes de la contienda y después justamente 10 años atrás, allá por el año 2014, descubrí un archivo muy interesante en el Ministerio Defensa, que es archivo (Juan Bautista) Gill Aguinaga y comencé a estudiar y a profundizar más la posguerra de la Guerra de la Triple Alianza, que es lo que de alguna manera marca el inicio de los procesos históricos que hoy conocemos, porque a partir de ahí empieza una nueva historia para el Paraguay. Entonces, comencé a indagar sobre el tema de la ocupación aliada, que dura siete años, después los periodos colorados, los primeros gobiernos colorados, los primeros gobiernos liberales. Así que, si es que tengo que segmentar mi gusto y mi periodo de estudio más profundo, tendría que ser de la Guerra de la Triple Alianza hasta el año 1912 aproximadamente.

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¿Cómo manejas los mitos y distorsiones que existen en torno a eventos históricos en Paraguay?

Casi todas las naciones tienen sus mitos fundacionales. Imposible es evitar la existencia de esos mitos en todos los relatos históricos. Paraguay tiene muchos mitos. ¿Por qué? Porque nuestro país pasó por un periodo de disputa entre el Lopismo y el antilopismo, allá a principios del siglo XX, y a medida que iba avanzando, esa lucha hizo que ambos sectores instalen mitos. Por supuesto, los que más nosotros repetimos tienen que ver con los mitos nacionalistas. ¿Por qué? Porque prevaleció el lopismo en el discurso nacional a partir del año 1936, específicamente, y hay mitos, no solamente sobre el tema del “primer ferrocarril”, el tema de que Paraguay entregó el Chaco, varios casos y uno tiene que contestar. No queda otra. Yo produje bibliografía justamente tratando de explicar esos procesos en donde están instalados mitos en nuestra historia.

¿Podemos decir que los paraguayos conocemos la historia de nuestro país?

No. Lastimosamente, no podemos decir que el paraguayo conoce su historia. No, no la conoce. Hubo una generación que consumió mucha historia por la forma en que se enseñaba en los colegios, que ya es una generación que hoy está por encima de los 40 años. Después está la generación que se estaba educando todavía cuando cayó la dictadura, que ya comenzó a procesar de otra manera la historia. ¿Por qué? Porque las reformas educativas posteriores a la caída de Stroessner hicieron que la historia se cuente menos, o que haya menos espacio en el currículum para la enseñanza de la historia y hoy en día es prácticamente nula, o sea, existe en el programa de estudio, pero se sigue enseñando de manera memorista, con fechas y con batallas. Eso a los chicos no les entretiene. Hoy en día, hay que usar las herramientas que nos da la tecnología. Tenemos los celulares, que podemos usar como para que los chicos se acerquen más a la historia. Pero en general, es malo el acercamiento de los paraguayos con su historia.

¿Cómo podemos superar la deficiencia en la enseñanza y conocimiento de la Historia paraguaya?

Es un fracaso del sistema educativo en general. No es que historia nomás se enseña mal. En casi todas las áreas se enseña mal. Pero en el tema de historia ayudaría bastante usar las herramientas que hoy en día tenemos con la tecnología. Hoy tenemos acceso a este tema de los QR, hay realidad aumentada, podemos simular batallas, podemos simular personajes, etc. Hay mejor conectividad inclusive con las rutas como para conocer sitios históricos. Yo creo que la vivencia de la historia en esos lugares o a través de esas herramientas va a ser que los más jóvenes se enganchen más a la Historia del Paraguay.

¿Cómo debería a su criterio enfocarse la enseñanza de la historia en las instituciones educativas?

Y repitiendo lo anterior. Se tiene que encarar más vivencialmente. Yo sé que hay una cuestión de falta de recursos de muchos colegios. Por ahí un colegio del interior, le costará conseguir recursos para ir hasta Humaitá, por ejemplo. Pero bueno, ahí está el Estado. El Estado podría ayudar a que esos chicos puedan conocer la geografía nacional, a través de algún programa de viajes, cómo se hacen en otros países. Brasil, por ejemplo, tiene un programa de viaje para sus alumnos, que hace que sí o sí, un alumno que nació en Río de Janeiro tenga que ir y conocer, una vez en su vida, Minas Gerais, por ejemplo. Entonces, eso se podría hacer también en Paraguay como para que sea más vivencial la enseñanza de la historia.

¿Las redes sociales, contribuyeron a un mayor conocimiento y difusión de nuestra historia?

Las redes sociales contribuyeron a que haya más espacios para hablar de historia. Pero el problema de las redes sociales que allí hay de todo. Es decir, están justamente eso que instalan los mitos, aquellos que creen los mitos y los fortalecen, aquellos que tergiversan la historia, aquellos que basan su investigación en documentos apócrifos. Hay de todo. Lo que quiero decir, es que ahí es más difícil a veces encontrar una historia, un rigor científico. Entonces, nuevamente ahí está o tendría que estar el sistema educativo, que es el que debería elaborar estos materiales para redes sociales, para todas estas herramientas que hoy en día tenemos, como para que llegue a todos y llegue de la manera más científica posible.

¿Cómo lograste adquirir un conocimiento tan profundo sobre la historia paraguaya?

Yo comencé a leer sobre la historia del Paraguay cuando tenía 17 años aproximadamente y de ahí ya no paré. Probablemente en los últimos dos años es que él leí menos sobre la Historia del Paraguay. Pero entre el año 2000 y el año 2010-2011 leía un promedio, y no estoy exagerando, quizás 40 libros de historia por año, la mayor parte de historia del Paraguay. Coincide con la época de cuando escribí mi primer libro, que fue sobre la ocupación aliada, que me duró la investigación un año, cuatro meses sobre ese periodo. Pero era muchísimo lo que leí en ese entonces. Y, se te va quedando. Y es cierto también que cuando se enseña es cuando más uno aprende. Comenzaron a pedirme que brinde charlas. Entonces, toda la información que yo volqué al libro, después ya fui compartir en las charlas, y ya se me fue quedando definitivamente. A medida que lo fui repitiendo con mis exposiciones. Yo siempre hago la exposición con muchas fotos como para que la gente pueda contextualizar mejor y así fue como se me fue quedando la información. A medida que vas manejando los periodos, los contextos históricos, las fechas y los nombres se quedan con más facilidad. Así como las anécdotas, que se quedan en la memoria con más facilidad. Tengo mucha anécdota de los periodos históricos, y es lo que la gente le gusta.

Entrevista de: Asdrúbal Fretes

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