Paraguay tiene todas las condiciones para hacer valer sus derechos como nación y dar un mensaje claro de cómo debe ser una integración en el Cono Sur. El inicio de eso está en manos del Senado, que debe aprobar el Plan Maestro que marque un rumbo de justicia recíproca en la Hidrovía. Hay que parar el grosero bastardeo de la Argentina con el tema del peaje.
La navegabilidad tiene que darse en igualdad de condiciones. El Gobierno argentino tiene que dejar de querer ser el Comisario de la zona. Lo ideal para su pueblo, es que la conducción de la dupla Fernández/Kirchner se dedique a controlar su alta inflación y que su gente trabaje sin la presión de la ineficacia política.
Paraguay, por su lado, bien puede liderar un marco de trabajo e involucrar a Brasil, Bolivia y Uruguay, países que también piden el fin del odioso canon que cobran los argentinos. Es una tarea de Gobierno, que bien lo puede liderar la Cancillería nacional. Un Ministerio de Relaciones que debe justificar su razón de ser.
Al Senado corresponde aprobar la ley éste jueves 25 de mayo, con un marco legal que hasta pueda servir a las naciones que reclaman el cese del cobro de US$1,47 por tonelada de registro neto que se carga a las embarcaciones internacionales que navegan por la hidrovía, especialmente por el río Paraná.
Somos un país que tiene que recuperar su liderazgo en la región. Eso no pasa por el tamaño, sino por la calidad de contenido, por el carácter para defender la idea y la fortaleza para aglutinar sobre lo que más convenga a la región Sudamericana.
Hagamos una navegabilidad sin contratiempo todo el año. El Congreso debe escuchar la solicitud del Grupo Impulsor del Plan Maestro de la Hidrovía, que integran navieros, gremios industriales y comerciales. Eso es defender la autonomía y la soberanía y, sobre todo, encaminará el recupero de la autoestima paraguaya.