Con mucho orgullo, el ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, informó que las exportaciones de tomate paraguayo a la Argentina superaron los 1.100.000 kilos desde el pasado 18 de octubre, fecha en que se inició la primera exportación de la temporada. Hasta la fecha, se han despachado 32 camiones con el producto, lo que representa una oportunidad clave para el crecimiento y sostenibilidad de los pequeños productores nacionales.
El titular de la cartera de Agricultura y Ganadería, resaltó la relevancia de las exportaciones de hortalizas hacia países vecinos como un mecanismo eficaz para garantizar un mercado estable. Con este flujo, los pequeños agricultores encuentran asegurada la venta de su producción, lo que impulsa la generación de ingresos constantes y la permanencia de una agricultura sólida.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) tiene como meta estratégica trabajar con los productores en la implementación de tecnologías que permitan mantener una producción continua, especialmente en periodos clave como fines de enero e inicios de febrero, cuando la demanda sigue alta en mercados externos.
En el marco del lanzamiento de la Expo San Pedro, el ministro expresó su compromiso de colaboración con los agricultores, mencionando que “queremos producir a fines de enero, inicios de febrero y estamos trabajando para lograr que esa cadena productiva no se corte”. Con estos planes, el MAG pretende fomentar la incorporación de tecnología agrícola en el proceso productivo, contribuyendo al crecimiento sostenible de las cadenas de valor.
No solo se exportó el tomate paraguayo a la Argentina
Además de las exportaciones del tomate paraguayo a la Argentina, también se amplió la oferta al vecino país, enviando a su vez cebolla, zanahoria y, por primera vez, locote. Este intercambio fue posible gracias al sistema fitosanitario armonizado entre ambas naciones, lo que asegura que los productos nacionales cumplan con las normativas sanitarias del mercado argentino, abriendo con ello nuevas oportunidades comerciales.
Un desafío clave que el MAG ha identificado en este proceso es el de mantener un nivel de producción estable y previsible sin saturar el mercado interno. Giménez destacó que, además de exportar, el programa “Hambre Cero” se plantea como otra gran oportunidad para los pequeños productores, permitiéndoles comercializar sus productos de manera constante en el mercado local.
Este programa busca combatir la inseguridad alimentaria y, al mismo tiempo, consolidar una red de pequeños agricultores que abastezca la demanda interna de alimentos.
La apuesta por las exportaciones y la estabilidad productiva refleja un paso firme hacia la profesionalización y crecimiento de la agricultura paraguaya, especialmente en el sector hortícola, en el que la participación de los pequeños productores representa una pieza fundamental.
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