La madre Patria que te vio nacer y la mamá que brindó la vida son dos banderas de enorme grandeza que jamás deben ser olvidadas por todo hijo agradecido. Por eso, el hombre de bien es catalogado igualmente por su respeto hacia su tierra y hacia la mujer que lo trajo al mundo.
Este siglo actual tiene un ritmo vertiginoso. Esto, en muchas ocasiones, afecta la reflexión serena sobre nuestra razón de ser como personas y como ciudadanos. En consecuencia, en algunos casos impide valorar en su real dimensión lo que significa la madre Patria y lo que conlleva en esencia esa señora que dio a luz a un hijo.
La Tribuna, como medio de comunicación, tiene la obligación de informar y opinar sobre la realidad nacional y mundial, y siente que también es su deber intentar tocar el corazón de aquellas personas abiertas a sentir una frescura en el alma, que el buen patriota sabrá asumir cuando se menciona su país y se hace referencia a su madre.
Nuestra posición editorial está respaldada por la convicción de que con hijos mal agradecidos será difícil construir una mejor sociedad y un mejor país. El desconocimiento de tus raíces y de dónde vienes solo puede generar personas desdichadas y frustradas, que incluso podrían representar un peligro para la convivencia pacífica.
Por esta certeza sobre la importancia de reconocer a la Patria y a la madre como valores sagrados e indisolubles, elevamos la mirada y nos comprometemos a concienciar siempre sobre el amor a la tierra que nos cobijó y a esa mujer de cuyo cuerpo nació una nueva vida.
La República precisa de hijos gratos. Esta es la base para la construcción y consolidación de ciudadanos proactivos y útiles para la familia y para Paraguay.
