«Les aliento fervientemente de corazón, para que en vuestro peregrinar por la vida y en los caminos de Europa, mantengan nuestra paraguayidad junto con las tradiciones que nos identifica, nuestro folklore, nuestro dulce idioma guarani y sobre todo nuestros valores fundados conforme a la cristiandad, piedra fundamental en la construcción social como nación. Asimismo, les exhortamos a mantener la unidad en la familia y en la colectividad». Tal es parte del mensaje que el Cardenal Adalberto Martìnez Flores, primado de la Iglesia Catòlica de Paraguay, envió a la comunidad de compatriotas migrantes en Austria con motivo de los festejos del 212º aniversario de la Independencia patria.
En una celebraciòn litùrgica realizada el viernes 12 en Viena, el embajador de Paraguay ante el gobierno de Austria, Juan Francisco Facetti, dio lectura a la carta que el pastor catòlico enviò a toda la comunidad de migrantes connacionales. El diplomàtico compartió con los cociudadanos «el alto honor de haber sido escogidos como primera comunidad de paraguayos en el exterior para recibir este mensaje de esperanza y unidad».
A continuación, el texto completo del mensaje del Arzobispo de Asunciòn, Cardenal Martìnez Flores:
Apreciados compatriotas residentes en Austria:
En ocasión de conmemorar el 212 aniversario de la gesta de mayo, y que dio origen nuestra independencia patria, saludo con afecto pastoral y desde la distancia, a todos los compatriotas residentes en Austria. El cariño al terruño se acrecienta en estas fechas, más aún si nos encontramos lejos de ella. Este servidor, quien les saluda, también fue un migrante y conoce de los sentimientos y las vivencias que experimentamos en los caminos de vida, conviviendo con personas y comunidades de diferentes nacionalidades, costumbres, idiomas y otros modos de vida
diversos. En ese sentido les expreso mi cercanía ya que me siento plenamente identificado con ustedes.
Quien migra hacia otras tierras lo hace motivado muchas veces en búsqueda de un futuro mejor. El migrante sabe que el desarraigo y el distanciamiento de personas y sus seres
queridos es una dolorosa prueba. Muchas veces extrema, de nostalgia, del techaga’u. No obstante, el aporte invalorable del trabajo y de la creatividad de la colectividad paraguaya es
apreciada en diferentes naciones, en donde éste colabora con el tesonero esfuerzo en la construcción de una sociedad mejor.
El 14 y 15 de mayo de 1811, los Padres de la Patria, iniciaron un proceso emancipador con la esperanza de forjar en base a nuestra nacionalidad la unidad entre todos los compatriotas,
que los paraguayos seamos un solo pueblo. Hoy depende de nosotros llevar adelante ese sueño, con el cotidiano esfuerzo de vivir la concordia en familia y con todos los hermanos y
hermanas que nos rodean, para hacerlo realidad inclusive, residiendo en el exterior, en este caso en un bello país como lo es Austria.
Les aliento fervientemente de corazón, para que en vuestro peregrinar por la vida y en los caminos de Europa, mantengan nuestra paraguayidad junto con las tradiciones que nos
identifica, nuestro folklore, nuestro dulce idioma guarani y sobre todo nuestros valores fundados conforme a la cristiandad, piedra fundamental en la construcción social como nación. Asimismo, les exhortamos a mantener la unidad en la familia y en la colectividad.
Finalmente, les felicitamos y saludamos queridos compatriotas residentes en Austria, así como a los amigos de nuestro país por la entrega con la que han venido cumpliendo con vuestra labor cotidiana dejando en alto el nombre de nuestra amada Nación, me despido impartiendo mi bendición para todos ustedes y sus respectivas familias, dando gracias a Dios por el invaluable aporte que hacen a ambos países.
Que el 212° Aniversario de nuestra independencia nacional, nos encuentre perseverantes en la fe y en la oración, teniendo siempre presente al Paraguay en sus plegarias.
Que la Virgen de Caacupé les prodigue de abundantes bendiciones, sobre todo a las queridas madres en su día a quienes recordamos con mucho cariño en nuestras oraciones. También recordamos a nuestras queridas madres difuntas. Que el Señor Dios las tenga en su Gloria Celestial.
+Adalberto Card. Martínez Flores
Arzobispo de Asuncion-Paraguay