El ministro de Defensa, general (SR) Oscar González, abordó nuevamente sobre la creciente problemática del tráfico de armas en el país, indicando que falta bastante y que los resultados no son suficientes para detener la práctica. Explicó que, en ese momento, se detectó un nuevo modus operandi en el que las organizaciones introdujeron armas al país en partes, para luego ensamblarlas y enviarlas a otras naciones de la región. Esta operación, que requiere una logística sofisticada, ha despertado una gran preocupación dentro de las esferas del Gobierno.
Desde que asumió el actual Gobierno, el presidente, asumiendo su rol de comandante en jefe, tomó la decisión de reglamentar una ley que había estado sin ser implementada durante 14 años. Esta normativa dotó a la Dirección de Material Bélico (Dimabel) de las herramientas legales necesarias para actuar, pero, según el ministro González, esto por sí solo no fue suficiente. Señaló que fue necesario invertir en tecnología y capacitar al personal para mejorar el control sobre el armamento que ingresa al país.
Uno de los avances más importantes ha sido la modernización del sistema integrado de trazabilidad de armas, que al inicio de la gestión funcionaba apenas en un 15%. Gracias a los esfuerzos conjuntos de las autoridades, este sistema recibió el apoyo necesario para entrar en pleno funcionamiento, permitiendo un mejor control del tráfico de armas. A través de numerosos allanamientos, las fuerzas de seguridad han encontrado indicios claros de actividades ilegales relacionadas con la venta y tráfico de armas, un delito que rápidamente deriva en tráfico internacional.
Los resultados no son suficientes
El ministro González reconoció que esta lucha no es fácil ni rápida. Si bien se han logrado avances, afirmó que aún queda mucho por hacer. Resaltó la estrecha colaboración entre Dimabel, la Fiscalía y otras instituciones, tanto nacionales como internacionales, especialmente con Brasil, donde el trabajo conjunto fue clave para frenar las actividades de los grupos delictivos.
Una de las mayores preocupaciones es que el tráfico de armas está directamente relacionado con el narcotráfico, y ambas actividades se retroalimentan. El ministro explicó que durante el gobierno anterior, el narcotráfico creció de manera considerable, lo que sugiere que el tráfico de armas también se expandió en esa misma línea. Sin embargo, reconoció que medir la magnitud exacta de este problema es complejo, debido a su naturaleza internacional.
A pesar de las dificultades, el ministro González se mostró optimista respecto a los avances logrados. Señaló que, además de implementar nuevas tecnologías, también se están realizando cambios importantes en el recurso humano, buscando que el personal de Dimabel cumpla con la misión asignada de manera eficiente. Concluyó enfatizando que, aunque los resultados aún no son suficientes y confía en que, con el tiempo, los esfuerzos actuales comenzarán a dar frutos significativos en la lucha contra el tráfico de armas en Paraguay.