El canciller paraguayo, Rubén Ramírez Lezcano, reclamó la reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la segunda reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20, que se realizó este martes en la sede del organismo multilateral.
Ramírez Lezcano destacó que muchas cosas cambiaron en el mundo y, en este contexto, la ONU debe transformarse y actualizarse. Indicó que en la actualidad hay muchos desafíos que deben figurar en el debate internacional y es importante canalizar los nuevos reclamos, agregó.
El secretario de Estado subrayó que el mundo en 2024 es radicalmente diferente al de 1945, con el surgimiento de países en desarrollo que ha transformado el panorama global, con sus poblaciones convirtiéndose en la mayoría y sus economías desempeñando un papel crucial en el impulso de la prosperidad mundial.
Sin embargo, advirtió que el marco de gobernanza internacional no ha evolucionado para reflejar esta realidad, y llamó a los países desarrollados a liderar una modernización de las instituciones internacionales.
El canciller también abordó la necesidad urgente de reformas en las organizaciones internacionales, incluidas la Organización de las Naciones Unidas. Afirmó que el multilateralismo enfrenta desafíos sin precedentes en términos de efectividad y legitimidad, y que es esencial mejorar la representatividad en los procesos de toma de decisiones.
«Mejorar y fortalecer estas instituciones no es una opción, es una necesidad», afirmó. Expresó igualmente su apoyo al llamado del G20 para una conferencia ministerial que reunirá a todos los miembros de la ONU, destacando el papel esencial de esta organización en el proceso de revitalización del sistema multilateral.
Además, resaltó que la Asamblea General sigue siendo fundamental para asegurar que todas las voces sean escuchadas equitativamente y que el Consejo Económico y Social (ECOSOC) juega un papel crucial en promover el desarrollo sostenible. También hizo hincapié en la importancia de una Comisión de Consolidación de la Paz plenamente facultada para garantizar que las actividades post-conflicto sean inclusivas y sostenibles.
El discurso concluyó con un firme compromiso por parte del Paraguay hacia un enfoque justo e inclusivo en la toma de decisiones que afecta a todos los Estados miembros.