Aunque para algunos, las elecciones son simples rutinas dentro de una democracia fútil, es importante acudir a depositar el voto en las urnas. Eso da autoridad al elector para que mañana se pueda exigir a los electos que cumplan con el pueblo. Es que únicamente con la participación y la movilización se podrá romper aquello de que los comicios son simples rutinas.
Seamos claros: Toda persona candidata, capacitada y con el ADN de patriotismo, se puede lucir gobernando el Paraguay. Este es un país que tiene enormes fortalezas, por lo que un jefe de gobierno eficiente puede administrar la República, simplemente tomando duras decisiones a favor del interés general.
La nación guaraní tiene posición geográfica de privilegio. Está ubicada en un espacio especial; en el corazón de América, con lo que suple con creces eso de no tener salida al mar. Posee una tierra para el doble cultivo. Tiene una población que anhela trabajar, que es pacífica y no se enfrenta por cuestiones ideológicas ni religiosas.
Paraguay produce alimentos para el mundo. Tiene energía renovable. Cuenta con una agricultura y ganadería de altísimo nivel. Su población joven es mayoría. Sus impuestos son relativamente bajos. Se pueden ir agregando otros puntos positivos, pero los citados sirven para confirmar que con buen gobierno, la nación, en corto o mediano tiempo, puede llegar a ser una verdadera potencia.
Por eso, desde La Tribuna alentamos a la participación. Sostenemos que las elecciones son de trascendencia. Sin embargo, dejamos en claro que ya no se puede permitir que sean una rutina más. El elector debe acudir a sufragar y con la autoridad que concede el voto, la ciudadanía tiene que luego asumir un protagonismo real para influir o forzar que el nuevo gobierno genere las condiciones para una calidad de vida de la mayoría de la población. ¡Así debe ser!
