Según una información publicada por nuestro página, Paraguay está entre los países con niveles de inflación más bajos, de acuerdo a las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). El informe del organismo internacional señala que se constata un firme avance de la economía del país gracias a las diferentes herramientas aplicadas para contener los aumentos de precios.
Sin embargo, la realidad dista mucho de la perspectiva tan alentadora de la que habla el FMI y es lo que experimentan las familias paraguayas a la hora de poner un plato en la mesa, o las amas de casa a la hora de estirar el presupuesto familiar para las compras diarias. Según el economista Luis Rojas es evidente que existe un desfase entre las mediciones oficiales de la inflación y lo que los ciudadanos sienten en relación a los precios.
«La sensación general es que todo está más caro y que los precios han estado subiendo desde el año pasado y desde el anterior», dijo Rojas. Aunque la medición oficial habla de una inflación moderada, Rojas señala que es posible que la estimación del FMI se refiera a las mediciones del Banco Central del Paraguay (BCP), lo que genera un problema ya que el BCP mide y regula la inflación al mismo tiempo. Esto genera una superposición de roles, porque el Banco Central al ser un organismo oficial se convierte en juez y parte. En Paraguay no existe una entidad independiente que contraste los datos del BCP.
En otros países, la inflación es medida por otras entidades como el instituto nacional de estadística, que está separado del Banco Central. Además, existen mediciones alternativas de la inflación desde la sociedad civil, desde las universidades y desde los sindicatos, lo que no ocurre en Paraguay.
Por lo tanto, no hay forma de contrastar los datos del BCP con otros indicadores independientes. Rojas afirma que hace falta que otra institución estatal mida la inflación y que la sociedad civil también lo haga para contrastar los números.
Según Rojas, es probable que los números sobre inflación, proporcionados por el BCP, estén subvalorando los niveles de inflación que son muy elevados.
“Los niveles de precios están muy por encima de los registrados el año pasado y del antepasado, lo que se siente directamente en el bolsillo de la gente. Existe una pérdida del poder adquisitivo y cada vez se compra menos con el mismo nivel de ingresos, lo que deriva en un empeoramiento de la calidad de vida”, sostuvo Rojas.
Lo más preocupante de esta realidad es que la inflación en nuestro país está muy focalizada en el sector de alimentos y productos de consumo básico alimentario. “A veces, la canasta básica del BCP toma en cuenta una canasta muy amplia donde los alimentos son una parte y hay otros rubros que hacen que se desdibuje la inflación. Al aislar los alimentos, como frutas, hortalizas, lácteos y panificados, se nota que la inflación está muy concentrada en el sector alimentario y es lo que más golpea a la población”, remarcó.
Es evidente que los informes del BCP no condicen con la realidad que vive el ciudadano y que el país está en una situación de inflación alta que tiene un impacto directo en la calidad de vida de la gente.
Lo mismo sucede en lo que se refiere a la Defensa del Consumidor. La entidad encargada de defender a los consumidores, es un organismo del Estado y sus informes sobre precios no condicen con la realidad con que se encuentra el ciudadano en las góndolas de los supermercados.
Ni siquiera se respetan las recomendaciones básicas como el etiquetado de los productos y los precios visibles. Ni hablar de la calidad de los productos que se venden en las grandes cadenas. En ciertas zonas y en ciertos horarios, los consumidores se encuentran con verduras en lamentables condiciones.
En plena campaña electoral, ninguno de los candidatos hasta ahora ha hablado de esta realidad. El galopante aumento del costo de vida y la protección y defensa de los consumidores, quienes a diario ven más deteriorada su economía y su calidad de vida.