Quienes siguen con la debida atención nuestras publicaciones y, principalmente, nuestra línea editorial sabrán entender que hasta el presente no estamos a favor ni en contra de ningún partido o candidatos que pugnan por la Presidencia de la República. Menos aún que seamos funcionales o de confundir la información con la propaganda.
Los lectores con discernimiento se habrán dado de cuenta que no estamos haciendo una prensa que azuza el enfrentamiento de una persona contra la otra. O lo peor, golpear por simple efecto hormonal a funcionarios e instituciones.
No prestamos nuestro medio para las declaraciones políticas grandilocuentes, que no sirven para nada. Ni damos espacios a los shows mediáticos ni las comparsas que suceden a diario, y que en otros medios hasta son notas de portadas.
Nosotros buscamos lo mejor para la República. Estamos con las notas e informaciones de interés de general. Toda esa conducta se debe al compromiso con la rica historia de La Tribuna, donde la esencia periodística radica en la autonomía nacional y en el derecho natural de la independencia de las naciones.
Como es natural, el legítimo ganador de las elecciones nacionales debe salir de unas compulsas libres de todo objetivo foráneo. Regocija que Paraguay sea centro de las miradas internacionales por las próximas elecciones, sólo queremos advertir que será perjudicial que alguna mano externa entre en el país con el objeto de pretender influir en la decisión soberana de los electores.
Por los antecedentes, confiamos que la Justicia Electoral sabrá proteger su deber de organizar y garantizar el conteo imparcial de los votos. Igualmente creemos en la capacidad de defensa del ser nacional para proteger la vida interna nacional.
Los comicios son un ejercicio libre que corresponde, única y exclusiva, a los ciudadanos habilitados en el Registro Cívico Permanente, quienes decidirán, por medio de sus votos, qué autoridades nacionales estarán en el poder en el quinquenio 2023/2028.