Un inusitado interés genera en algunas naciones los comicios presidenciales del próximo 30 de abril. Al menos así indican gestos y hechos, que anuncian que dichas elecciones tendrán igualmente una cobertura internacional, tal vez, tan cercana como la primera justa electoral tras la caída de la dictadura de Stroessner.
En medio de las posturas encontradas entre políticos, operadores y militantes electores de si hay o no una injerencia en la vida nacional, a medida que se acerca la fecha de los sufragios se muestran más intensas el foco que hace parte del mundo externo hacia el Paraguay.
También entre los analistas políticos y periodistas que cubren las actividades partidarias hay opiniones divergentes sobre la desacostumbrada atención externa sobre la competencia electoral nacional.
Dentro de ese interés externo, casi nada se habla de las votaciones para el Congreso, absolutamente nada sobre las gobernaciones y juntas departamentales; la atracción constituye la persona que regirá el destino de la Nación desde el próximo 15 de agosto, con abierta inclinación contra la conveniencia del partido que hoy está en el Gobierno.
Así por ejemplo, para la dirigencia colorada es una persecución a la Asociación Nacional Republicana (ANR) que sólo dirigentes de dicha nucleación sean señalados como «significativamente corruptos» por el departamento de Estado de los Estados Unidos. Para más, justo desde la quincena pasada ganó espacio en un sector de la prensa que el propio Efraín Alegre, candidato a la Presidencia por la Concertación Naciona, fue acusado de un presunto desfalco de USD 37 millones cuando era ministro de Obras Públicas, durante la presidencia de Fernando Lugo. Cómo él, otros opositores son señalados en supuestos actos delictivos, pero no figuran en la lista de corruptos del gran país del Norte.
También actualmente es nota informativa la presencia de un grupo de ciudadanos brasileños, que -según la denuncia- son expertos informáticos que llegaron al país para trabajar por la chapa opositora Alegre/Núñez. El mismo Alegre había declarado a la prensa, que también trabaja por su candidatura asesores que eran parte del equipo de consultores del actual presidente Lula da Silva.
Como si todo fuera poco, hay un contraste grande con los resultados que marcan las encuestas. Mientras una mayoría, en el plano local, dan la victoria al binomio colorado Peña/Aliana, todas las que se informan desde Brasil anuncian el triunfo de la oposición. Esa diferencia marcada entre unas y otras, llamativas, no pasan desapercibida para algunos observadores.
Tampoco es casual la charla marcada del ex presidente de Uruguay, Pepe Mujica, en Asunción. Para muchos, su presencia representa un respaldo a la chapa de la Concertación Nacional. Aunque el gesto de Mújica también recibe críticas de un sector de la sociedad. En fin, los acontecimientos mencionados develan una presencia extranjera en lo comicios presidenciales, de acuerdo a las opiniones de propios y extraños.