La Fiscalía acusó a dos policías por robo de municiones ocurrido en nada más y nada menos que en la Comandancia de la Policía Nacional. Con lo que aquí ocurre, podemos concluir que hay plena inseguridad. Ya no es seguro ni la propia sede central de los agentes.
La acusación fue presentada por la fiscal, Natalia Cacavelos, contra los agentes Luis Alberto Zelada Echagüe y Cristhian Daniel Ramos Agüero, que están procesados por hurto agravado, detentación y tráfico ilícito, en otras palabras, fueron imputados por supuesto robo de cartuchos con 2.500 balas de calibre 9 milímetros de la Armería de la Agrupación de Seguridad de la Comandancia.
La fiscal pidió al juez que eleve la causa a un juicio oral y público.
Según los informes del Ministerio Público, presentado al Juzgado, el hecho ocurrió entre las 07:00 y las 10:00 de la mañana del 17 de setiembre del año pasado, cuando Ramos Agüero estaba cumpliendo funciones en el lugar y fueron sustraídos los miles de unidades de municiones sin percutir.
El suboficial inspector trasladó por tandas todos los cartuchos hasta su vehículo particular, valiéndose del acceso al área de resguardo, dice la Fiscalía. La defensa de los policía tendrá que responder la acusación, cuando le otorguen el turno para el efecto.
Ese día, Zelada Echague se hallaba con reposo médico. Sin embargo, él apareció en el lugar y retiró las municiones con el compromiso de que después le pagaría al otro agente 8 millones de guaraníes.
El 21 de setiembre, cuatro días después de ocurrido el hecho, se hizo una verificación que dispuso la jefatura de la Agrupación de Seguridad para el Inventario de Armas, Equipos y Municiones de la Comandancia Nacional.
Poco después, se reveló que parte de las municiones fueron comercializadas en Pedro Juan Caballero, Departamento de Amambay, por parte de los procesados, destaca el informe fiscal.
