Argentina y Ecuador se encuentran en plena tensión diplomática y con expulsión mutua de sus embajadores, luego de que la condenada exministra ecuatoriana, María de los Ángeles Duarte (Foto Mundial Medios), que estaba asilada en la Embajada del país austral, haya aparecido misteriosamente en Caracas.
Ecuador expulsó al embajador argentino, Gabriel Fuks, luego de declararlo «persona non grata», mientras Argentina hizo lo mismo expulsando el embajador ecuatoriano, Xavier Monge Yoder. La tensión subió desde el martes 14 cuando ocurrieron estas expulsiones y más aún cuando la aparición de Duarte se produjo en la sede diplomática de Argentina en Caracas.
Ecuador dice que Duarte no tiene autorización de salir de tierras ecuatorianas, cuando de hecho, al estar en una Embajada argentina, ya estaba saliendo. Duarte divulgó un mensaje, vía Twitter, diciendo que se consideraba rehén de la política del presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso.
«Decidí dejar la embajada porque al negarme el salvoconducto que me correspondía como asilada política, de acuerdo con la convención de Caracas de 1954 e impedir mi salida segura, el Gobierno ecuatoriano me convirtió en su rehén política», escribió Duarte
El canciller ecuatoriano, Juan Carlos Holguín, señaló que el Gobierno perdió la confianza en Fuks y que este violó «la buena fe y la confianza mutua que se busca en la relación entre Estados».
Según Ecuador, ocurrieron cosas raras con la fuga de Duarte. Primero, ella pidió asilo político a Argentina; luego, ella se escapa y aparece en una Embajada Argentina en Caracas. El canciller argentino, Santiago Cafiero, había dado la información sobre la fuga, pero el embajador Fuks dio una información contradictoria y se negó a entregar las filmación del escape.
Asilada es condenada por corrupción
Según publica, el periódico France24, María de los Ángeles Duarte, funcionaria de diversas carteras durante el mandato de Rafael Correa, pero condenada por corrupción por actos durante su gestión como ministra de Obras Públicas, fue cobijada por la embajada de Argentina durante dos años y medio.
Los lazos de Duarte con el país sudamericano son familiares: está casada con un hombre de nacionalidad argentina con quien tiene un hijo. A través de ese vínculo y bajo el rótulo de ‘huesped’, estuvo en la Embajada argentina en Quito por dos años y medio, hasta que desapareció entre el viernes y sábado pasado.
En diciembre de 2022, el Gobierno de Alberto Fernández concedió el asilo político a Duarte y tramitó los permisos correspondientes para su traslado, acción que fue bloqueada por Ecuador.
Para Holguín, la salida de Duarte a Venezuela es «una mala noticia para la lucha contra la corrupción e impunidad» y subrayó que no hay una persecución contra ella porque la condena data de 2020, antes de la asunción del actual Gobierno.
La exministra recibió ocho años de cárcel por cohecho en el caso ‘Sobornos 2012-2016’, la cual sostiene que hubo una financiación indebida de empresas no declaradas a favor del entonces partido oficialista Alianza País, informó el diario France24.