La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, va a entregar este martes su cargo, luego de las presiones y fuertes críticas a su trabajo que recibió de los congresistas. Previamente, había expresado su responsabilidad por las fallas de la institución que dirige en el fallido magnicidio a Donald Trump en Pensilvania.
Si bien aún no ha formalizado su renuncia en público este martes, la misma ya había entregado su carta de renuncia luego de la tensa audiencia en el Capitolio el lunes 22 de julio, momento que también admitió que era su responsabilidad cuando le presentaron una serie de críticas por las fallas de seguridad que se presentaron en Butler, el 13 de julio pasado, fecha que el ex presidente Trump recibió un refilón de un tiro en la oreja.
La misma admitió que fue el “mayor fallo operativo” en décadas, pese a que su equipo haya reaccionado tarde eliminando la amenaza. Sin embargo esto pudo haber sido evitado, si es que los guardias reaccionaban 20 minutos cuando lo divisaron llevando un bulto llamativo en la mano, que resultó ser el arma con el cual Thomas Crooks, disparó contra el ex presidente Trump.
Si bien Trump salió con vida, aunque herido en el atentado, un ferviente seguidor y jefe de bomberos, Corey Comperatore (50), fue la única víctima fatal del aquel intento de magnicidio.