Faltando apenas 10 días para el inicio de las clases, el Ministerio de Educación y Ciencias, lanzó con gran pompa un programa de “Alfabetización digital” para docentes. Según la información, la capacitación en competencias de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y alfabetización digital está dirigida a 6.532 docentes de instituciones públicas y privadas subvencionadas a través de una inversión de G. 8.524.260.000, que es financiada con recursos del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI).
Toda capacitación siempre será bienvenida, pero la realización del referido curso dejó en evidencia la improvisación y la falta de criterio de los responsables de la política educacional en el país. Habiendo cientos de laboratorios de informática en el país, donde los participantes, pueden manipular y familiarizarse con una computadora, el referido curso se desarrolló en un colegio de Ñemby, que no tiene la infraestructura necesaria para la capacitación.
La administración de Abdo Benitez, como lo hicieron también otras administraciones, se pasó utilizando al Ministerio de Educación como catapulta política. De hecho, el que fuera precandidato a vicepresidente del movimiento oficialista, tuvo un fugaz paso por la cartera de Educación para luego renunciar y dedicarse a su fallida campaña.
Se desperdiciaron cinco años y ni siquiera se avanzó en materia de conectividad, que tanta falta hizo durante la pandemia, cuando se suspendieron las clases y los docentes, padres y alumnos sufrieron las carencias en materia de comunicación de las escuelas públicas. Datos oficiales señalan que hasta el 2022, la conectividad de acceso a internet había llegado apenas a 1.500 escuelas, lo que representa menos del 20% de cobertura.
En momentos en que a nivel planetario se analiza las potencialidades de la Inteligencia Artificial, los niños y docentes paraguayos se siguen debatiendo entre la precariedad y el abandono, fruto de la desidia y la falta de visión o (como sucede en la mayoría de los casos) la corrupción de nuestras autoridades.
El resultado previsible será que las próximas generaciones de paraguayos tendrán menos competencia para desempeñarse en un mundo laboral altamente tecnificado y globalizado. Esto significa una enorme desventaja, dado que actualmente ya se habla de la cuarta revolución industrial, para la que no estamos preparando a nuestros jóvenes y niños.
Fueron cinco años perdidos en materia de Educación y de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Con un gobierno que está de salida, solo resta esperar que las próximas autoridades tomen en serio los desafíos que se vienen y comiencen a desarrollar estas áreas, en favor de las futuras generaciones de paraguayos.