La Organización Internacional de Trabajo (OIT) comprobó que cuanto más larga es la jornada laboral, hay menos productividad. Luego de un largo estudio sobre la situación laboral durante y después de la pandemia, la OIT comprobó también que hay numerosos casos en que a las empresas le convienen el trabajo a distancia.
La OIT instó a los gobiernos a actualizar sus legislaciones según las buenas experiencias recogidas de la pandemia. En ese sentido, sugirió a las autoridades a apostar tanto por el teletrabajo como por la reducción de horarios soportados con políticas públicas, como mecanismos de mejora de la productividad.
En su último informe “El tiempo de trabajo y el equilibrio entre trabajo y la vida privada en el mundo”, la OIT sostiene que la reducción de las horas de trabajo y la organización más flexible del tiempo de trabajo, como las aplicadas durante la crisis del Covid 19, pueden beneficiar a las economías, a las empresas y a los trabajadores. Además sientan las bases para un mejor y más saludable equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
Concretamente, recomiendan a los Estados que lleven a cabo las regulaciones adecuadas para mantener los altos niveles de teletrabajo que se llegaron a conseguir en general –sobre todo abordando el derecho a la desconexión.
La investigación de la OIT se centró en el número de horas que se aplican en los empleos, sus efectos en el rendimiento de las empresas y en la consecución de la conciliación de la vida privada y laboral.
Entonces, la conclusión principal es que “las jornadas de trabajo más largas, por lo general, están asociadas con una productividad inferior, mientras que un horario más reducido está relacionado con una mayor productividad”.
Por lo tanto, propone incluir la modalidad de empleo a tiempo parcial con las mayores prestaciones posibles, y no solo para mantener el empleo ante las crisis sino también como mantenimiento del poder adquisitivo (como empleos auxiliares).
Además, los expertos de la OIT aseguran haber encontrado “una cantidad considerable de evidencias” que demuestran que las políticas de conciliación “proporciona importantes beneficios tanto a las empresas y como a los empleados”.