El atentado frustrado contra Donald Trump el sábado en Pensilvania se saldó con al menos dos heridos y un muerto, identificado como Corey Comperatore, un jefe de bomberos de 50 años de edad, que durante el ataque protegió a su esposa e hija para que no sufrieron un disparo.
En una rueda de prensa, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, confirmó la identidad de la víctima tras recibir la autorización de la esposa de Comperatore, quien era partidario del expresidente republicano y murió como «un héroe».
El gobernador demócrata señaló que, según le dijo la esposa, Corey Comperatore cayó muerto al lanzarse a proteger a su mujer e hija de los disparos durante el atentado contra el expresidente Trump. «Cory, un ávido partidario del expresidente y estaba muy emocionado de estar anoche con él en la comunidad», agregó el gobernador.
Shapiro pidió a todos los líderes políticos «bajar la temperatura y superar la retórica de odio que existe, y buscar un futuro mejor y más brillante para esta nación».
«El intento de asesinato del expresidente Donald Trump el sábado fue absolutamente inaceptable y trágico», resaltó el gobernador, quien deseo una pronta recuperación al exmandatario, con quien, dijo, aún no ha tenido oportunidad de hablar.
El gobernador agregó que ha hablado con los familiares de Comperatore, así como de una de las dos personas que resultaron heridas, sobre cuyo estado no informó. La víctima tenía 50 años de edad, de acuerdo al diario The New York Times, que cita a la hermana, Dawn Comperatore Schafer.
Policía descubrió al atacante
La Policía de la localidad de Butler (Pensilvania) confirmó que uno de sus agentes se encontró cara a cara con el joven que abrió fuego el sábado contra el expresidente de EEUU Trump, segundos antes de que comenzara a disparar.
El agente, explicó al Washington Post el sheriff del condado de Butler, Michael T. Slupe, había recibido una alerta sobre un sospechoso visto cerca del mitin donde Trump estaba pronunciando su discurso.
Tras varios minutos de búsqueda infructuosa, descubrió a Thomas Matthew Crooks en el tejado de un edificio cercano. No obstante, el agente que le encontró se había encaramado a la cornisa del tejado con ambas manos para asomarse, por lo que no pudo sacar su arma de fuego. «El agente se soltó porque no quería que le mataran», explicó Slupe.
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