Ojalá no sea una parodia más la reunión que proyecta la Comisión Permanente del Congreso Nacional sobre la renegociación del Tratado de Itaipú. Por su trascendencia, el tema no deja espacio para el divague. Sólo hay dos caminos a seguir; Paraguay usa su energía para desarrollar su industria o termina aceptando el depósito en dólares que hará Lula a una cuenta del Estado paraguayo.
Para el encuentro fueron invitados todas las autoridades involucradas en el tema. Los más importantes son el director de la Binacional, el Canciller y el titular de la ANDE. Se supone que todos responden a un mismo equipo y que todos son hombres del Estado. Sin embargo, es casi seguro, Dios quiera que nos equivoquemos, de entre ellos no saldrá nada unificado y beneficioso para el país. Lo que revela igualmente que no hay liderazgo en el país.
No somos pesimistas. Somos realistas. Hasta ahora Lula no dio ningún indicio que reconocerá los derechos de Paraguay sobre Itaipú. Por el lado nacional, se sabe que la remesa que envía Brasil ya es casi parte del presupuesto general de Gastos, y que se usa – en alto porcentaje- para los despilfarros de los municipios, gobernaciones y para calzar huecos en las finanzas públicas.
Así las cosas, habría que preguntar a la Comisión Permanente del Congreso que diferente busca convocando al canciller Julio César Arriola; al presidente de la ANDE, Félix Sosa; y al titular paraguayo de Itaipú, Manuel María Cáceres. Más que escuchar a cada uno por su lado, lo que se debe sacar, como equipo nacional, es una propuesta firme para reivindicar el derecho del pueblo paraguayo.
Con una idea concreta hay que hablar con Lula y sus negociadores. El posible espectáculo que darán en el Congreso, si no cuidan los detalles, sólo será para reafirmar a Brasil que Paraguay no tiene condiciones, argumentos o no quiere luego modificar el sistema actual, que básicamente es que el vecino país paga lo que quiere por continuar monopolizando la energía que produce la hidroeléctrica, que pertenece por igual a ambas naciones.
Da pena asumir que mayormente reuniones como la que fija la Comisión Permanente del Congreso son meros rituales pensadas para entretener a la prensa; sin contenidos, sin mucho rigor, ni conocimiento en algunos casos. Duele. Pues, definitivamente, la revisión, del Anexo C, del Tratado de Itaipú, es la oportunidad para que Paraguay disponga del 50 por ciento que le corresponde por la energía producida en la usina.
Veremos qué pasa en la promocionada reunión de la Comisión Permanente del Congreso. Lo seguro que no pase más que el sorbo de café, el agua que se tomará para la hidratación y declaraciones vagas a los medios de prensa. Es que no se sienten las ganas, la convicción y la seguridad para disponer de toda la electricidad producida por Itaipú, que es un acto de patriotismo y de soberanía.