Quien ayer era terror de los zagueros en el fútbol argentino, el gran Arsenio Erico fue presa de la pesadilla y azote de la ciudadanía hoy: los chespis, que terminaron despojándole la pelota.
Estos modernos atacantes de los asuncenos de bien, lograron lo que ni los más idóneos defensores de antaño pudieron hacer.
Un fervoroso nacionalófilo y gran admirador – aunque no lo haya visto jugar – del gran Arsenio Erico, el entonces diputado nacional Salustiano Salinas, ya desaparecido, propició en 2010 una gran campaña de homenaje a la memoria del Saltarin Rojo.
Como parte de ella, sus restos fueron traídos de la Argentina y la Asociación Paraguaya de Futbol (APF) habilitó un museo y un mausoleo contiguo en el sector de las graderías Norte del Defensores del Chaco, donde quedaron depositados, repatriados del cementerio de la Chacarita de Buenos Aires donde reposaban.
El club Nacional le rindió grandes honores en la ocasión y dispuso que su estadio de futbol lleve su nombre, en reemplazo del de un ex presidente de los gloriosos años de la década de los 40, el coronel Cartes.
Se dispuso asimismo la habilitación de un monumento con la efigie de Erico, en tamaño natural, vestido de futbolista y con una pelota junto al botín derecho.
Museo en ruinas, tumba abandonada y pelota robada
Hoy ya no existe el Museo de la APF. Para depositar una flor en la tumba del crack, hay que hacer un complejo tramite para que se abran los candadeados portones que dan acceso al lugar herméticamente cerrado y prácticamente abandonado.
Para colmo, los chespis cercenaron y robaron parte del monumento ubicado sobre la calle Caballero, frente a una de las entradas del estadio, justamente la pelota, símbolo del virtuosismo del que hacia malabares con el balón, alcanzando un record de goles hasta hoy vigente en el país del actual campeón del mundo.
Además de impune el repudiable hecho quedó anónimo
Lo más triste de este caso ante la pasiva y casi cómplice mirada de las autoridades que apañan a estos malvivientes, es que el vergonzoso despojo se produjo hace meses y si un vecino no lo diera a conocer, no se hubiera sabido y quedaría no solo impune sino en el inconcebible anonimato.
La dirigencia de Nacional no se ocupó del tema, desesperanzada por la inacción policial, cansada de ser victima de ladrones, que incluso burlando la vigilancia de un sereno, se llevaron una heladera y un televisor del palco de autoridades, y diversos objetos menores, incluidas herramientas, del deposito de la cancha.