Escribe: ALBERTO SISA
Colaboración Especial para LA TRIBUNA
En cierta medida hay razón para coincidir en cuanto a lo mediático y propagandístico que encierra el choque boxístico de esta noche Tyson vs. Paul, hasta si se quiere llamarlo desigual, por la enorme diferencia de edad que existe entre ambos púgiles.
No obstante, Tyson se preparó como nunca, por lo visto en todos los vídeos de sus entrenamientos. Incluso puede ganarlo en los primeros asaltos, si aún conserva aquella pegada demoledora, que muchos recuerdos trae a los fanáticos de esta leyenda viviente del pugilismo mundial.
En aquella pelea de exhibición realizada hace años atrás contra Roy Jones, Tyson aguantó los ocho rounds, y dió en pasajes de la pelea, destellos de su fiereza y potencia en los puños, a pesar de ser una pelea de exhibición.
Esta pelea será diferente, con todas las reglas vigentes de un combate real. Tyson se las verá esta madrugada con un joven Youtuber devenido a boxeador, un desconocido para muchos en el mundo del «viril deporte de los puños», a pesar de haber ganado sus diez peleas, casi todas por la vía rápida. Sea cualquiera quien gane en la madrugada de este sábado, nos lleva a reflexionar sobre esta desigual lucha, promocionada por Netflix, que muchos no podrán ver, por el injusto pago de suscripción que deben realizar los que tienen contratos con esta gran empresa multinacional, destinada a exitosas series televisivas y películas.
Por otro lado, yendo al campo boxístico, nos hace pensar en la crísis reinante en la categoría máxima de los completos, que en época de Tyson brillaban con luces propias, teniendo hoy que recurrir a una figura retirada hace años de los cuadrilateros.
La nostalgia de vuelve más fuerte, se aviva más aún, evocando aquellas décadas de los 60 y 70, la época dorada de los pesos completos, de míticas batallas en el cuadrilátero, con verdaderos grandes gladiadores, dónde reinaba el considerado por muchos «el mejor de todos los tiempos», el gran Muhamad Alí. Que tiempos aquellos!