Este 24 de marzo se inicia la Semana Santa para la Iglesia Católica, con la conmemoración del Domingo de Ramos, día que evoca el momento en que Cristo entró triunfante a Jerusalén. En ese día se da por finalizada la Cuaresma, que había empezado el Miércoles de Ceniza en el mes de febrero.
Los católicos celebran cada año la Semana Santa en donde se recuerdan diversos pasajes bíblicos de lo que vivió Jesús en la tierra, de acuerdo a sus creencias, y una de las fechas importantes es el Domingo de Ramos.
Con el Domingo de Ramos se inicia la Semana Santa y se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió con alegría y con un camino tapizado de hojas de palma, de ahí, su nombre.
En Domingo de Ramos, los fieles católicos se congregan en sus parroquias para recibir del sacerdote la tradicional bendición de las palmas, participan en una procesión (en algunos templos) y se lleva a cabo una misa en la que se lee el relato de la Pasión de Cristo.
La tradición de la procesión data del siglo IV en Jerusalén, en donde la bendición de los ramos y palmas tiene lugar antes de la procesión. Los fieles que participan en la procesión deben llevar en las manos ramos de palma, olivos u otros árboles, y entonar cantos.
Semana Santa
El Lunes, Martes y Miércoles Santos son las fechas durante la cual se conmemoran las buenas obras y milagros que realizó Jesús.
El Jueves Santo se rememora la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, como gesto de despedida. Durante este encuentro, Jesús estableció la Eucaristía, al bendecir el pan y el vino, y decirle a sus apóstoles que por medio de estos elementos recibirían su cuerpo y su sangre. Al terminar, Jesús fue a rezar al Huerto de los Olivos para prepararse para lo que vendría. Allí lo fueron a buscar para aprehenderlo.
El Viernes Santo se recrea la Pasión de Cristo mediante el Vía Crucis, que en latín significa “el camino de la cruz”.
El Sábado Santo se trata del día que pasó entre la muerte y la resurrección de Jesús. Esta jornada está dedicada especialmente a la Virgen María, quien padeció la muerte de su hijo. Además, es un día de esperanza por la promesa que había realizado Jesús al decir: “Al tercer día resucitaré de entre los muertos”.
El Domingo de Pascua se recuerda el momento en que Jesús resucitó y, por ello, es la fiesta más importante para los cristianos.
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