El Día de la Polca Paraguaya se celebra hoy como cada 15 de setiembre, como recuerdo del fallecimiento de dos grandes de la música nacional: Emiliano R. Fernández y Luis Alberto del Paraná. Emiliano marco su partida terrenal en 1949 y la voz de Paraná se apagó en 1974. Haciendo homenaje a sus contribuciones al arte y la cultura paraguaya, esta fecha fue instituida por la Ley 4366, promulgada el 1 de julio de 2011. El estilo musical continúa siendo la expresión viva del sentir nacional y una pieza clave en la identidad cultural del país.
La polca paraguaya, con su ritmo vivaz, pícaro y lleno de alergría, ha sido el un histórico acompañante de las emociones del pueblo desde los primeros años la emancipación patria. Sus compases de 6×8, han caracterizado a cada música en la expresión de amor a la patria, a las mujeres y a los pueblos. Las cuerdas de arpas y guitarras, símbolos de la tradición musical paraguaya, amenizaron los versos cargados de emoción conjugadas en quienes supieron plasmar en sus letras el alma del país. Este ritmo ha viajado más allá de las fronteras, cautivando audiencias alrededor del mundo que aprendieron a conocer y amar a Paraguay a través de su polca.
Origenes
El origen de la polca paraguaya se remonta a antes de la Guerra Grande, cuando era parte del repertorio de la Guardia Presidencial del Mariscal López. La polca más antigua conocida es «Che Lucero Aguai’y», que solía ser interpretada por el soldado Juan Manuel Ávalos, apodado «Kangue Herrero», un músico oriundo de Carapeguá. López, admirador ferviente de esta música, solicitaba regularmente que Ávalos interpretara la polca, convirtiendo al soldado en uno de los primeros difusores del género.
Con el paso del tiempo, la polca paraguaya se arraigó profundamente en la vida cotidiana de los paraguayos. Sus ritmos vibrantes se convirtieron en el reflejo de las penas y alegrías del pueblo, transformándose en una expresión musical que resonó no solo en Paraguay, sino también en el resto del mundo. Este estilo, caracterizado por sus compases marcados y su energía inconfundible, floreció y se consolidó como parte esencial de la identidad cultural paraguaya.
Principales figuras del estilo
Entre los grandes exponentes de la polca paraguaya, destacan nombres como Emiliano R. Fernández, quien a través de sus composiciones inmortalizó el género con piezas como «Galopera» y «Ñemity». Luis Alberto del Paraná, por su parte, llevó la polca a los escenarios internacionales con su grupo «Los Paraguayos», conquistando al mundo con canciones como «Pájaro Campana». Otros grandes referentes son Mauricio Cardozo Ocampo, autor de piezas como «Ka’aru porã», y Hermenegildo L. Zelaya, quien compuso la famosa «Campamento Cerro León».
Además, Quemil Yambay, fundador del grupo «Los Alfonsinos», ha mantenido viva la esencia de la polca, interpretando temas que reflejan las costumbres y la vida rural del Paraguay. Yambay conecta la música con la realidad cotidiana del campesinado, añadiendo una valiosa dimensión cultural al género.
El Día de la Polca Paraguaya no solo conmemora a estos grandes artistas, sino que también celebra la vigencia de un estilo musical que sigue vibrando en el corazón del pueblo. La polca paraguaya, con su riqueza rítmica y emocional, continúa siendo una expresión profunda de la identidad nacional y un recordatorio del legado cultural que estos músicos dejaron para las futuras generaciones.