Ícono del cine, Alain Delon falleció a los 88 años

El artista que arrancó el suspiro de toda una generación, el francés Alain Delon (88), falleció este domingo luego de pasar varios años decepcionado de los hechos que en los últimos años cambió muchos paradigmas en el mundo y siendo un fiel detractor de las actuales costumbres. Murió en Douchy, en el medio del mapa de Francia y su deceso fue anunciado por sus tres hijos, Alain Fabien, Anouchka y Anthony Delon, además de Loubo su mascota.

Se lo veía últimamente muy apagado y como si estuviera esperando este momento, ya que casi todos el gran equipo de personas con el que supo trabajar ya estaba muriendo y eso lo afectaba. Ya se lo escuchaba decir que “dejará el mundo sin lamentarlo” en una de sus últimas declaraciones no hace muchos años y no ocultaba su notable desprecio por los tiempos modernos y las nuevos pensamientos diferentes a cuando se encontraba en la cúspide de su carrera.

“La vida me importa poco. Lo he visto todo. Pero sobre todo, odio esta época, me da ganas de vomitar” afirmaba el actor que llegó a caracterizar a cerca de 100 personajes en la pantalla grande. “Sólo me faltó hacer el papel de Cristo, ahora ya es un poco tarde”, decía Delon entre sus últimos suspiros.

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A la par mencionaba que en su vida solo estaba preparado para el éxito, aunque no para la felicidad ya que son dos cosas incompatibles, preciso en otra de las tantas entrevistas con profundo tinte personal que los medios especializados llegaron a publicar.

Sus restos descansarán en una capilla privada, que adquirió en 1971 en un chateau, donde según su última voluntad, estará descansando al lado de sus seres queridos y por sobre todo, de sus mascotas a quien tenía mucho cariño.

Gran valor del cine

Encarnó a varios personajes en su vida, entre ellos en una de las versiones del Zorro, de 1975, en una carrera iniciada en 1957, cuando debutó en las pantallas con “Quand la femme s’en mêle”, de Yves Allégret, arrancando los suspiros de toda una generación que rescataba los sueños femeninos y la envidia masculina que intentaba emularlo por su porte.

Entre sus papeles se lo recuerda por encarnar a Jean-Pierre Melville en “El círculo rojo” y “Le Samurai (El silencio de un hombre)”.

En las tablas, pasó por las obras “Lástima que sea una p…”, puesta en escena por Visconti. La coprotagonista se llamaba Romy Schneider y fue el principio de una larga relación con la joven actriz austríaca.

En 1974 alcanzó la cúspide triunfando junto con un grande que lo acompañó en su carrera, estamos hablando de Jean-Paul Belmondo, al que despidió, con todos los honores, el 10 de septiembre de 2021, cuando participó de las exequias de este grande del cine francés que se adelantó con su deceso.

Sin dudas una gran pérdida para el arte mundial.