La sonda privada Blue Ghost, de la compañía Firefly Aerospace, logró aterrizar con éxito en la luna, luego de un viaje de 46 días en el espacio. La misma se convirtió en la segunda nave de una empresa privada en llegar a la superficie lunar, tras la misión de Intuitive Machines en 2024.
La nave Blue Ghost, de la empresa estadounidense Firefly Aerospace, aterrizó con éxito en la superficie lunar tras 46 días de viaje, donde transportaba diez instrumentos científicos de la NASA para realizar investigaciones como parte del programa Artemis.
Con este logro, la compañía se convierte en la segunda empresa privada en llegar a la Luna, después de que Intuitive Machines lo hizo el año pasado.
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Aterrizaje de Blue Ghost
Blue Ghost se alunizó en inmediaciones a Mons Latreille, una formación volcánica ubicada en el Mar de las Crisis, una gran cuenca de más de 550 kilómetros de diámetro en la cara visible de la Luna. La misión forma parte del programa de “Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar” de la NASA, que permite a empresas privadas enviar equipos científicos para poder realizar estudios preparatorios de futuras exploraciones tripuladas bajo el programa Artemis.
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Blue Ghost despego el 15 de enero a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida.
Después de casi un mes de viaje, el 13 de febrero ingresó en órbita lunar y realizó varias maniobras para ajustar su trayectoria. La última corrección, realizada mediante una ignición de motores de 16 segundos, permitió su descenso controlado y exitoso en la superficie lunar.
Tareas que se realizaran gracias a Blue Ghost
La misión transportó diez instrumentos científicos de la NASA diseñados para analizar el entorno lunar. Durante su tiempo operativo, estimado en aproximadamente un día lunar que equivale a aproximadamente a 14 días en la tierra, los equipos llevarán a cabo investigaciones sobre la navegación orbital, la recolección de polvo lunar y la interacción de este material con distintas superficies y condiciones de temperatura, además se evaluará el uso de campos eléctricos para evitar la acumulación del polvo en estructuras clave como paneles solares y trajes espaciales.
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