Los estafadores digitales que prosperaron en el boom de las criptomonedas encontraron en ese espacio un ecosistema ideal: terminología compleja, promesas de ganancias extraordinarias, regulación mínima y un público ansioso por no perder «la próxima gran oportunidad». La inteligencia artificial (IA) presenta condiciones sorprendentemente similares.
El vocabulario técnico especializado, las promesas de revolucionar industrias enteras y la dificultad para evaluar el valor real de los proyectos de IA crean un ambiente perfecto para quienes buscan monetizar la confusión y la especulación.
A diferencia de las criptomonedas, la IA ofrece una ventaja adicional: legitimidad institucional.
Mientras que las criptomonedas nacieron como alternativas al sistema financiero establecido, la IA está siendo activamente promovida por gobiernos, universidades y corporaciones multinacionales. Esta legitimidad facilita que actores con historiales cuestionables en el ámbito cripto puedan «lavar» su reputación presentándose como innovadores en IA.
Argentina, bajo la administración de Javier Milei, proporciona un caso de estudio sobre cómo estos mecanismos operan a nivel gubernamental.
Desde diciembre de 2023, Milei ha posicionado la IA como pilar clave de su visión económica, presentándola como herramienta para impulsar la productividad y reducir el aparato estatal. Su discurso ha sido ambicioso, prometiendo convertir a Argentina en un «hub de IA» gracias a su capital humano y recursos naturales.
Sin embargo, la implementación ha sido problemática. El Plan Nuclear Argentino, anunciado en diciembre de 2024, intentó vincular la IA con la energía nuclear, proponiendo que reactores modulares pequeños generaran energía para centros de datos, especialmente en la Patagonia. Este plan, aun en fase de diseño, parece más orientado a la retórica que a la implementación práctica.
El punto de inflexión llega con el escándalo de $LIBRA. Este token o memecoin, promovido por el propio Milei el 14 de febrero, colapsó en un aparente «rug pull» (estafa donde los creadores abandonan el proyecto llevándose los fondos).
Lo relevante para nuestro análisis es que KIP Protocol, involucrado en el proyecto, se especializaba supuestamente en «monetizar IA descentralizada», y parte de los fondos prometían apoyar startups de IA en Argentina.
El asesor Hayden Mark Davis, figura clave en este episodio, había sido recibido en Casa Rosada apenas dos semanas antes para asesorar sobre aplicaciones de blockchain e IA.
Se habla de un contrato donde tendría la representación del gobierno argentino para los proyectos de criptomonedas e inteligencia artificial. Además de las graves acusaciones de coimas para acceder al presidente.
Este caso ilustra perfectamente la convergencia: actores del mundo cripto posicionándose como expertos en IA, accediendo a las más altas esferas gubernamentales y utilizando la legitimidad institucional para promover proyectos de dudosa seriedad técnica.
Este fenómeno no se limita a Argentina. En Paraguay, la administración de Santiago Peña enfrenta desafíos similares. Individuos vinculados a esquemas cuestionables en el ámbito de las criptomonedas están posicionándose como expertos en proyectos de criptomonedas y en inteligencia artificial, accediendo a instituciones estatales a través de audiencias públicas y reuniones donde buscan legitimar sus proyectos.
El riesgo es que estas instituciones, en su legítima búsqueda por modernizarse, acaben legitimando proyectos que carecen de viabilidad técnica o que sirven principalmente para canalizar fondos públicos hacia entidades privadas con limitada experiencia verificable en criptomonedas e inteligencia artificial.
Dr. Luis C. Benítez A. Universidad Columbia del Paraguay – Sede Posgrado Columbia – Coordinador – Grupo de Investigación GIG1: Innovación Gubernamental y Transformación Digital (IGTD) Secretario – Sociedad Paraguaya de Inteligencia Artificial (SoPaIA)
