Temerosos de que la emergente Inteligencia Artificial (IA) desborde hacia la manipulación de la información, la desinformación y usos expansivos de alto impacto negativo para la sociedad (y probablemente, temerosos de ser «competidos» en el poder global por ella), los jefes de gobierno de los países del G7 han resuelto abrir un espacio de trabajo especial para analizar el impacto de la IA en el mundo y buscar alternativas de regulación que moderen dicha tecnologìa en marcha.
Tal es la connotación del anuncio dado por los titulares de los gobiernos de EEUU, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y Japón, al que se suman tambièn en los últimos años representantes de la Unión Europea como bloque. En la reunión celebrada esta semana en Hiroshima, Japón, el grupo de élite global aprobó la creación de un grupo de trabajo, con la participación de organismos internacionales y expertos, a fin de estudiar el impacto del uso de la IA en el mundo, formular consideraciones y propuestas para su «uso responsable» y, eventualmente, generar modelos de regulaciòn que sean adoptados por las naciones a fin de «precautelar derechos» en el marco de esta tecnologìa. La prensa se hizo eco de esta iniciativa que, para muchos analistas, denota cierta «inquietud» del poderoso grupo por una posible «competencia» de poder en los entornos tecnológicos globales, invrementado por la aparición de la IA.
En el comunicado oficial del encuentro de gobernantes, señalan que han decidido encomendar “a los ministros competentes que establezcan el Proceso de Hiroshima sobre IA, a través de un grupo de trabajo creado en cooperación con organizaciones internacionales, con miras a debatir sobre IA generativa a finales de año”.
Buscando transparenia para evitar desinformación
“Nos comprometemos a avanzar en enfoques múltiples para la elaboración de normas sobre IA, dentro del respeto de marcos jurídicos vinculantes”, señala el pronunciamiento, apuntando un proceso de regulación sobre IA que ya viene siendo acelerado en algunos paìses y regiones, pero que con esto se fortalecerà. Los lìders del G7 dicen que reconocen «la importancia de los procedimientos que promueven la transparencia, la apertura, los procesos equitativos, la imparcialidad, el respeto a la privacidad y la inclusión para promover una IA responsable”.
Uno de los principales temores con el uso «irresponsable» y no regulado de la IA es la desinformación masiva que se podría generar en cualquier ámbito de la sociedad. Contextos de alta desinformación, por ejemplo, han sido particularmente notables y remarcados en procesos electorales en varios paises.
El bloque de gobiernos de la élite política mundial, cuya reunión concluirá este domingo 21 en Japón, se suma así, pero con mayor fuerza política, a las advertencias y recomendaciones que más de un centenar de personalidades del mundo científico y cultural, políticos, filósofos, cientistas sociales y académicos en general lanzaron semanas atrás sobre la emergencia de la IA y sus posibles consecuencias. En dicho pronunciamiento público, los expertos señalaban justamente la necesidad de discontinuar por un tiempo los avances en materia de desarrollo de inteligencia artificial generativa, para «evaluar los posibles efectos y establecer mecanismos de regulación».
Una herramienta por «fuera del control de los Estados»
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas, en marzo pasado, advirtió que la IA es peligrosa porque opera fuera del control de los Estados y pidió a las empresas que cuiden en el uso de la misma para evitar usos perversos. «Uno de los desafíos que vemos con la inteligencia artificial, y con el sector tecnológico en general, es que opera principalmente fuera de un control gubernamental pleno», había afirmado Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU en una conferencia.
Otros famosos académicos se sumaron con un artículo publicado en forma conjunta en el New York Times. El conocido filósofo y cientista social Noam Chomsky; el catedrático linguista Ian Roberts; y Jeffrey Watumull, experto en IA sucribieron en el períodico neoyorkino un análisis sobre la peligrosidad de este avance tecnológico y su amoralidad. Antes, Elon Musk había advertido públicamente de la «peligrosidad» de la IA sin regulaciones y control.