Y por tercera vez fue posible. Keane brindó un excelente concierto en el festival Kilkfest, que comenzó en la tarde del sabado 16 y culminó en las primeras horas del domingo 17, con varias bandas participantes. El cuarteto británico cerró el espectáculo con un show de más de dos horas celebrado junto con 25 mil personas.
Esta magia ha sido posible porque la propuesta desde el comienzo fue establecer una comunión de artistas y público. «Queremos que aplaudan con nosotros, bailen con nosotros y canten con nosotros» expresó el cantante Tom Chaplin en un rudimentario pero emotivo español, así en plural; no de artistas para público sino todos juntos, y la gente correspondió a la propuesta con creces.
Detalles del festival de Keane
El show se inició puntualmente a las 23:00 y se extendió más allá de las 1:00 del domingo. Antes del infaltable bis, Chaplin dedicó una canción a cada uno del público. Si en un comienzo fue en plural, era necesario decirlo después en singular para dedicar «Somewhere Only We Know» (Algún lugar que solo nosotros conocemos). Puede resultar demagógico, pero con toda la emoción puesta en la interpretación, suena muy especial.
25 canciones tocaron los de Keane. Un repertorio lleno de clásicos entre los que prevalecieron los que integran el álbum «Hopes and Fears», ya que la presente gira es para celebrar sus veinte años. Así, no faltaron temas como «Bend and Break», «Silenced by The Night», «Everybody’s Changing», «Is It Any Wonder» , «Nothing In My Way», entre otros tantos.
Características de Keane
Siempre se ha hablado del sonido característico de Keane por no usar guitarras, sino que todo fluye a través del piano de Tim Rice Oxley, principal compositor del grupo. Pero hay que destacar la majestuosa voz de Tom Chaplin, que alcanza registros muy altos que nos hacen recordar a Freddie Mercury. Ver en vivo a Keane realmente es una experiencia gratificante por su gran voz, su entrega interpretativa y toda la onda que pone el grupo completo. La energía que despliega Rice Oxley combina muy bien con la fuerza rítmica de Richard Hughes (batería) y Jesse Quin (bajo).
Hay un momento que me gustaría mencionar más allá de los hits. Al filo de medianoche, suben al escenario un órgano que es ubicado frente al piano de Tim, para que lo toque Chaplin. Así, juntos interpretan «Hamburg Song» y «Untitled 1» (en esta última se le suma una batida electrónica). Son composiciones más oscuras y que definen la profundidad de la banda más allá de los éxitos radiales. Luego, en la tradición de Queen, Chaplin queda callado y sus tres compañeros cantan «A Perfect Symmetry», muy afinados. Como cereza del postre, no podía faltar un clásico como «Under Pressure», entre los temas del bis, el único cover de la noche. El concierto culminó con «Sovereign Light Café» y «Bedshaped».
El festival comenzó a la tarde con la banda paraguaya The Bacalaos. Luego tocaron El Pórtico, Reyna Tropical, Deliverans, Silvestre y la Naranja, The Kooks y Usted Señalemelo, todos en horario y sin retraso. Muy buena puesta en escena de luces y sonido para todos los grupos.
Además de Keane, vimos a The Kooks, banda británica que actuaba por segunda vez en nuestro país. Bien enérgica y fresca, sobre todo. Este grupo indie no suena retro sino curiosamente actual. Muy buena base rítmica de parte de Dan Logan (bajo) y Alexis Núñez (batería). El guitarrista y tecladista Hugh Harris dirige con destreza el grupo, mientras que el vocalista y guitarrista Luke Pritchard pone carisma en escena. Hicieron un recorrido por sus veinte años de carrera comenzando con «Always Where I Need To Be». Su hit «Junk of The Heart» fue uno de los últimos de su repertorio, que siempre mantuvo la dinámica en alto, preparando para el gran final del festival
Por Sergio Ferreira
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