Ciudadanos de todos los colores y tendencias definen sus candidatos con miras a las elecciones nacionales de abril de 2023. La nueva convocatoria eleccionaria se produce en medio de una creciente corrupción y deterioro de la calidad de la política, ambas a la vez terminan dañando la esencia de la democracia.
Si algo no existe en Paraguay es una elite política eficiente. De nuevo se probará mañana la posibilidad de una mejor confección de listas para distintos cargos nacionales, desde la dupla presidencial, cargos legislativos en el Senado y diputados, gobernadores y juntas departamentales. Lo más probable es que poco o nada cambie, eso ya mirando los candidatos con votos duros detrás y las posibilidades de aquellos nuevos postulantes.
Otro hecho destacable es la ausencia de propuestas diferenciadas, especialmente las referidas a soluciones para atender las necesidades, urgencias y prioridades que requiere la Nación guaraní. Es más, si ya es lamentable la falta de ideas de parte de los candidatos, es grave que los electores tengan que conformarse por ser parte nomas ya de unas rutinas comiciales de cada tiempo, que es eso de participar nomás de las elecciones.
Varios partidos y movimientos buscan integrar distintas listas para las elecciones generales del 30 de abril de 2023. Según los datos del Tribunal Superior de Justicia Electoral están habilitados para votar cerca de cinco millones de ciudadanos paraguayos. Se dispondrán también locales de votación en el exterior, para los compatriotas residentes en España, Estados Unidos y Argentina.
Los números indican que más de la mitad de la población está habilitada a votar. Eso revela que hay una maquina aceitada para la inscripción de los ciudadanos, para que así puedan acudir a las urnas. Lo que no se tiene es la garantía de respuesta luego de parte de los electos a favor de los votantes. Lo peor es que en estas elecciones ya ni siquiera se dieron promesas, la gente irá a sufragar, en algunos casos, sin haber escuchado alguna propuestas o plan de sus candidatos.
