Paraguay está en un proceso inflacionario que viene ya desde el año pasado y que se siente con mayor peso en este último semestre del 2022 con el aumento de precio de los productos de la canasta familiar. De acuerdo a los datos del Banco Central del Paraguay la inflación acumulada en 2022 hasta el mes de octubre es del 7,5%.
El impacto sobre los hogares se siente con fuerza con los precios de los productos básicos en alza y la pérdida de poder adquisitivo sin precedentes en las últimas décadas. La administración de Mario Abdo Benítez ha adoptado algunas medida que apuntan a mitigar los efectos de la inflación, pero las amas de casas siguen quejándose de los precios de los productos de consumo básicos, que cada vez son más caros.
Según el economista Luis Rojas, estamos en un proceso inflacionario intenso, ya desde el año pasado con indicadores que dicen que la inflación está muy elevada, cerca del 10%, principalmente en algunos rubros.
“A veces la inflación en el indicador general, te dice, por ejemplo, que en el 2021 aumentó 6,8 %. Después, al observar lo que es alimentos, uno puede darse cuenta que en ese rubro fue realmente del 13%, el promedio y en combustible fue de cerca del 20 al 25 por ciento. Entonces, lo que tenemos es una inflación alta, pero concentrada en rubros de alta sensibilidad de demanda de consumo masivo, particularmente en alimentos, todo lo que tiene que ver con bebidas y combustible, que es lo que la gente más rápidamente siente en el bolsillo”, señaló Rojas.
El precio de la cebolla aumentó en un 140%
Según las comparaciones realizadas por Rojas en algunos rubros, las variaciones de precios, de octubre del año pasado a octubre de 2022 registran un alto porcentaje de incremento, como por ejemplo, la cebolla aumentó en un 140%, la papa 30%, la mandioca 31%, y el limón en un 125%.
Otro producto que experimentó un aumento exponencial en el precio es la carne. Según datos del Banco Central del Paraguay hasta agosto del 2022, el precio de la carne en términos interanuales experimentó una suba del 11,3%.
Para Rojas estos precios altos y aumentos en el caso de la carne específicamente, se dan porque en Paraguay la producción ganadera está enfocada al mercado externo.
“Paraguay es un gran productor de carne, pero en toda la cadena de frigoríficos, el 99% de su faenamiento, se dirige a la exportación. En consecuencia, la oferta a nivel interno disminuye y los precios suben. Entonces ahí tenemos un problema de que la ganadería y los frigoríficos están totalmente orientados al mercado externo y el mercado interno queda relativamente desabastecido. Entonces, los precios suben”, explicó.
Exportamos soja e importamos lechugas y tomates
El otro aspecto estructural que golpea a la canasta familiar, según Rojas, es que Paraguay tiene un modelo agrícola centrado en la exportación de materias primas, como la soja y el maíz.
“Lo que es producción para el mercado interno también está con problemas. Ahí tenemos todo lo que son hortalizas, frutas, legumbres, granos para el mercado interno. La agricultura familiar campesina es la que está en crisis, por muchos motivos, como la falta de asistencia, falta de acompañamiento de inversión y de tierra, falta de apoyo a la comercialización y falta freno al contrabando”, señaló.
Como consecuencia de la crisis en el campo Paraguay va perdiendo su producción para el mercado interno.
“Los precios van subiendo lógicamente, porque cada vez se depende más de la importación de productos agrícolas. Tenemos una creciente cantidad de frutas, hortalizas y cereales que se traen de Argentina y del Brasil”, explicó el economista.
Otro aspecto que tiene mucha incidencia en la inflación, y que tiene relación está vinculado al mercado mundial es la matriz energética, según Rojas.
Paraguay tiene una matriz energética irracional
Otro aspecto que tiene que ver con la inflación es la gran dependencia de Paraguay, para la movilidad y la producción, de los derivados del petróleo. Cuando se registran variaciones de los precios internacionales automáticamente esto repercute en los precios de los combutisbles.
Desde su perspectiva Paraguay tiene una matriz energética irracional. “Es un país que no tiene petróleo, no produce gas, y que depende totalmente de los hidrocarburos para el transporte dentro de nuestro país, todo lo que se refiere a flete, movilidad, camiones, tractores. Todo está movido por una fuente de energía que nosotros no producimos, y que está con precios elevados y que nos está pasando la factura. Cada vez que nos vamos a la estación de servicio, sentimos esa dependencia”, apuntó.
En ese sentido, recomendó que como política de Estado se tiene que hacer una transición hacia esas fuentes de energía de las que nuestro país puede tener cierto control.
“Tenemos la gran ventaja y la gran bendición de tener energía en gran cantidad con Itaipu y Yacyreta. Lo que debemos de hacer es una transición hacia sistemas de transportes eléctricos y también consumo de energía eléctrica en las viviendas y las fábricas. De lo contrario estamos regalando una energía limpia como lo estamos haciendo, a nuestros países vecinos. La energía es fundamental en los procesos productivos”, señaló Rojas.