Por Óscar Martínez Pérez
La primera banda de rock integrada exclusivamente por mujeres, se llamó ESTRELLAS FEMENINAS DEL JAZZ. Su creadora CATALINA “CATUNGA” PEREIRA ARANDA tuvo la visión de organizar esta formación musical rockera, “sin intervención de la mano del hombre”, en una época en que muchas actividades estaban vedadas para ellas. Venían de una época en que la sociedad veía con malos ojos que las mujeres
invadieran los campos reservados casi exclusivamente para los hombres, aunque en nuestro país, la mujer se cargó la patria en los hombros para levantar lo que había quedado de la guerra grande.
No obstante, la lírica se nutrió de voces femeninas que aún hoy permanecen en nuestros oídos y sentimientos, era menos probable que el género rock les aceptara como parte de esa rebeldía hecha música. Si hubo un sonido masculino por excelencia, ese era el Rock and Roll; pero la industria de la música -internacional- supo poner en los escaparates de tiendas de discos a mujeres talentosas que demostraron que el rock no era solo cosa de hombres. El escenario fue creciendo para ellas y hoy pelean de igual a igual con rockeros varones, la popularidad y la preferencia del público. Tal es así que alguna de ellas, audaces y resueltas acometieron con los instrumentos electrónicos y los amplificadores, enarbolando el nuevo sonido del Rock and Roll.
Así ocurrió con las ESTRELLAS FEMENINAS DEL JAZZ que desafiando convencionalismos, ofrecieron su música con audacia y desenfado. Su mentora, CATUNGA, supo desarrollar su vocación tempranamente manifestada, a través de este grupo musical de innovadora característica que llamó la atención de un público que las miraba y admiraba con asombro en cada presentación. Pero no todo era color de rosa en una época en que no era fácil que la mujer se involucrara en otras cuestiones que no fueran las del hogar.
Con CATUNGA como líder de la banda, esta estuvo integrada entre otras por LUCERO OLAZAR en bajo, ROMINA ROA en segunda guitarra, NOEMI VELAZQUEZ en batería, HILDA y REINA BASALDUA como vocalistas, en cuyo reemplazo ingresaron ADA PANIAGUA y GABI OJEDA. Uñas pintadas pulsando guitarras y aporreando parches no era para nada frecuente. Luego vino CALIFORNIA SUPERSTAR , siempre de la mano de Catunga, se formó allá por 1978 cuando prácticamente eran las únicas en atreverse a dar la nota en el género rock; también están Mima Galeano en bajo, Perla Saavedra en teclados.
El trabajo de formar un grupo musical y, sobre todo, de lograr contratos de actuación que permitan exponer su música, es particularmente afanoso; no se trata solo de ordenar los ensayos y dirigir musicalmente al grupo, sino de administrarlo, en las épocas flojas (que son las más extensas, fundamentalmente al comenzar) sino también cuando el éxito llega. En este género musical la competencia dificulta levantar cabeza y lograr aceptación popular. Pero la obstinación y la dedicación de Catunga y sus chicas fue el soporte de un éxito que si bien no fue estruendoso, sí fue notorio hasta hoy día que permanece intacto en nuestro recuerdo, lo cual tiene un mérito especial.
Grupos musicales que reventaron taquillas con el paso del tiempo se fueron apagando hasta desaparecer de la mente del público; no ocurre lo mismo con CALIFORNIA SUPERSTAR y su líder CATUNGA que siguen siendo recordados con nostalgia y respeto y por sobre todo, una leyenda que continúa apareciendo en el mundo de la música cada vez que el público lo requiera. “Nunca olvidaré tus lindos ojos” un tema
grabado por este grupo en el 2020 (no encontramos referencia de quien lo compuso), “Volverás otra vez” que pertenece a Catunga y arreglo del grupo, “VERANO Feliz” temas que hoy se pueden apreciar en plataformas tales como SPOTYFY y YOUTUBE.
La lideresa del grupo, CATUNGA, había tocado además con varios grupos de varones a lo largo de su dilatada carrera que aún continúa dando frutos. Se había preparado musicalmente en Asunción y en el exterior. Usufructuando una beca estudio en la Escuela de Bellas Artes, perfeccionándose luego en Buenos Aires y con profesores de destacada trayectoria en nuestro medio. Pero lo que permitió que esta
artista que se hace llamar “la abuela del rock” se volcara decididamente a tocar la guitarra eléctrica y tocar Rock and Roll, fue seguramente esa llama infinita que se trae adentro cuando el “bichito” de la música anida en nuestros sentimientos y que denominamos vocación.
Su producción personal no se agota en la música, ni en el género ni en el instrumento elegidos sino, fundamentalmente, en el desafío
que lanzó a la sociedad hasta entonces reacia a conceder a la mujer un espacio tradicionalmente masculino. Triunfaron en esa dura batalla que se libra contra el establishment y lo hicieron sin fusiles ni bombas (como diría Miguel Cantiloen su “Marcha de la Bronca), sino con los instrumentos de la paz y el amor: los instrumentos musicales.