El debate sobre la viabilidad del transporte fluvial en Paraguay no es nuevo. Desde hace años, expertos y ciudadanos han mencionado la necesidad de utilizar el río Paraguay para aliviar el tráfico en nuestras saturadas rutas. Sin embargo, esta alternativa se mantuvo en el terreno de las ideas y los proyectos dormidos. Hoy, más que nunca, es vital convertir estas discusiones en acciones concretas para ofrecer una opción de transporte más eficiente, rápida y económica.

La geografía de Asunción y sus alrededores es privilegiada: el río Paraguay bordea la capital y riega numerosas ciudades densamente pobladas. Miles de trabajadores se desplazan diariamente hacia el centro de Asunción, enfrentándose a un sistema de transporte público deficiente y colapsado. La implementación de un sistema de transporte fluvial podría transformar radicalmente esta dinámica, brindando una alternativa viable y atractiva.

El reciente recorrido encabezado por Patricio Ortega, titular de la Dirección General de la Marina Mercante, desde Itá Enramada hasta Villeta, marca un paso importante en la exploración de esta iniciativa. Ortega demostró que el transporte fluvial no solo es viable, sino también altamente eficiente. Un trayecto de 50 kilómetros se completó en apenas 25 minutos, comparado con las casi tres horas que toma el mismo viaje por carretera. Este ahorro de tiempo es fundamental para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la eficiencia económica del país.

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El consumo de combustible también resulta significativamente menor en comparación con los vehículos terrestres. La embarcación utilizada en la prueba consumió solo 25 litros de combustible para un trayecto de ida y vuelta de 100 kilómetros. Esta eficiencia energética se traduce en menores costos operativos y una reducción considerable de la huella de carbono, alineándose con los principios de movilidad sostenible que tanto necesitamos.

Es lamentable que en Paraguay no sepamos aprovechar plenamente las riquezas y potencialidades de nuestros ríos. En otras partes del mundo, los ríos son ejes de desarrollo económico, turístico y deportivo. Aquí, los hemos relegado a ser depósitos de basura y focos de contaminación. Esta actitud miope nos impide ver el enorme potencial que tenemos al alcance de la mano. La iniciativa de la marina mercante puede ser el primer paso para cambiar esta perspectiva, pero requiere voluntad política y colaboración interinstitucional.

La apertura de la Costanera Sur será un punto estratégico crucial, facilitando la interconexión entre los sistemas de transporte terrestre y fluvial. Para avanzar en esta línea, es necesario establecer mecanismos legales y garantías de seguridad jurídica que fomenten la inversión en este sector. Solo así las empresas podrán involucrarse con confianza en el desarrollo del transporte fluvial, creando nuevas oportunidades de negocio y mejorando la infraestructura necesaria para su funcionamiento. Es hora de que Paraguay deje de ignorar su riqueza fluvial y comience a explotarla de manera responsable y sostenible.