En el marco de la Asamblea Mundial de la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra inmersa en intensos debates sobre la elaboración de un tratado internacional para futuras pandemias. Este tratado, que apunta a prevenir, preparar y responder a crisis sanitarias globales, ha sido objeto de negociaciones durante los últimos dos años. Sin embargo, el consenso aún se encuentra distante. Paraguay, con una postura clara y firme, expresó su desacuerdo con las enmiendas propuestas al Reglamento Sanitario Internacional, subrayando la necesidad de mayor claridad y equidad.
La pandemia de Covid-19 reveló las deficiencias de la OMS en su manejo de la crisis. La rápida propagación del virus, la falta de políticas efectivas de control y la mala gestión de la información fueron factores que exacerbaron una situación ya de por sí crítica. La proliferación de noticias falsas y el estado de pánico que se vivió en numerosos países quedaron como muestras del fracaso informativo que acompañó a la pandemia. Estas deficiencias, además de su impacto en la salud pública, dejaron también profundas cicatrices económicas y sociales, que hasta el momento no fueron subsanadas.
Paraguay, en su intervención en la Asamblea, fue enfático al exigir un proceso más inclusivo y equitativo. «Desde noviembre de 2022 hemos trabajado incansablemente para fortalecer nuestras capacidades colectivas y mejorar nuestra respuesta a las amenazas de salud pública», declaró la ministra de Salud, María Teresa Barán. Esta postura no es una demanda aislada. Es una expresión de las experiencias vividas durante la pandemia del Covid-19, donde la mezquindad de algunos Estados quedó al descubierto. La distribución de vacunas como herramienta de expansión geopolítica fue una práctica que subrayó las vergonzosas desigualdades existentes.
Paraguay insiste en que las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional deben permitir que todas las naciones, independientemente de sus recursos, puedan implementar y mantener medidas efectivas de salud pública. Este es un llamado para que la comunidad internacional promueva mesas de trabajo inclusivas y asegure que ningún Estado miembro quede en situación de desventaja.
La experiencia del Covid-19 debe ser una lección para la humanidad. Las futuras respuestas a pandemias no pueden estar dictadas por intereses económicos o geopolíticos. Por un sentido de humanidad, las decisiones deben basarse en principios de equidad y solidaridad.
La OMS y sus 194 Estados miembros deben trabajar juntos para construir un acuerdo que verdaderamente refleje los principios de equidad, soberanía y prevención. Solo así se podrá garantizar que las futuras generaciones estén mejor preparadas para enfrentar inevitables futuras pandemias.
Esta asamblea puso en evidencia que la postura paraguaya también es compartida por diversos otros países. Un tratado internacional sobre pandemias debe ser inclusivo y equitativo, permitiendo una respuesta global efectiva que ponga la humanidad por encima de los intereses meramente económicos y geopolíticos.