Hoy, 29 de abril, es una fecha infausta para el deporte paraguayo. Fue un día como hoy, del año 2015, que se apagó la voz polideportiva que mantenía viva en los medios de comunicación a todas las disciplinas del músculo, especialmente aquellas menos difundidas, olvidadas y hasta ignoradas en la mayoría de los espacios dedicados al deporte que quedaron huérfanas del respaldo del más grande periodista polideportivo paraguayo.
Gustavo Köhn fue un comunicador de raza. Un apasionado de todos los deportes. Un perfeccionista por excelencia. Un conocedor de todas las modalidades, de las que por tanto, con gran propiedad y la máxima idoneidad profesional, se hizo eco en innumerables medios a los que estuvo ligado desde su aparición por primera vez en Canal 9 TV Cerro Corá en 1987. En ese momento, se constituyó en el primer caso, irrepetible por ciento, de un debutante que dio el salto a la pantalla chica para convertirse desde su mismo debut, en una estrella relevante en uno de los dos unicos canales abiertos que por entonces funcionaban, sin pasantía previa alguna, siendo autodidacta pero profundo conocedor por propia formación, como ningún otro periodista en ese momento, de disciplinas que ni cabida tenían en los más importantes medios.
Gustavo no llegó de una universidad ni necesitó hacer conscripción en algún diario o radio en aquellos años en los que la televisión era la dueña y señora de la comunicación. Siendo niño, cuando ni internet asomaba aún, devoraba con avidez cuantos libros, revistas y materiales audiovisuales que podia conseguir, para informarse no solo de la actualidad, sino de la historia, no solo del futbol sino de todos los deportes.
Por méritos propios entró por la puerta grande y se instaló como un ícono en la materia con apenas 19 años, dejando pronto por sus crecientes compromisos profesionales en el periodismo, una carrera universitaria en la facultad de Ciencias Contables de la Universidad Católica, en la que conoció a su eterna gran compañera, Maura Brítez, con quien formó una hermosa familia, que le sobrevive con tres hijos (Giselle, Leticia y Gustavo) y un nieto (Gustavito).
Trabajó también en la función pública llegando a ejercer el cargo de ministro de la Secretaría de la Información y Comunicación para el Desarrollo (SICOM).
Por meses luchó contra el cáncer que había contraído y causó su muerte, cuando apenas contaba con 47 años de edad. Incluso con un balón de oxígeno a cuestas, poco antes de fallecer realizó su ultimo relato en vivo de una competencia oficial de voleibol.
Gustavo fue en el ámbito polideportivo, lo que en su momento había sido en el futbol Carlos Alberto Gómez (quien pereció en forma sorpresiva en pleno apogeo de su carrera, a los 37 años de edad: ambos periodistas de enorme talento y enorme popularidad.
Pasa el tiempo y pese a ello, el recuerdo de Gustavo, así como el de Carlos, permanece vivo junto a un sentimiento de nostalgia y sempiterna admiración, porque a la hora de hacer comparaciones, sus trayectorias sobrepujan a todos quienes les han sucedido en todos estos años.
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