Sin espacio para un alfiler, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, encabezó tremendas concentraciones en coincidencia con el feriado de independencia del país vecino en ciudades grandes como la capital Brasilia, Río de Janeiro y Sao Paulo. Como Brasil vive tiempos electorales, su adversario Luis Inacio Lula da Silva criticó que el mandatario aproveche las fiestas patrias para realizar campaña proselitista.
En coincidencia con la fecha que recuerda el grito de Ipiranga, el presidente de la República Federativa del Brasil, Jair Mesias Bolsonaro, estuvo presente en actos oficiales por el día de la Independencia brasilera, encabezando una parada militar en la capital del país Brasilia Distrito Federal.
Tal vez una fecha así en tiempos no electorales, no podría haber convocado a una cantidad inmensa de personas, todas ellas ataviadas con los colores de la bandera patria y que claramente se encontraban presentes para apoyar en la campaña política del mandatario que busca la reelección para su segundo periodo como presidente, más que para festejar los 200 años que dejaron de ser colonia portuguesa.
El Eje Monumental, una larga avenida que culmina en la plaza de los Tres Poderes en Brasilia, se vio totalmente ocupada en todo su trayecto por personas que vitoreaban “Mito”, como también conocen a Bolsonaro entre sus adherentes.
Luego, el mandatario se trasladó hasta Río de Janeiro, donde un panorama similar lo aguardaba en la prolongada y turística Playa de Copacabana, donde de igual forma se reunieron aprovechando el día patrio para apoyar al presidente.
Bolsonaro estuvo también en la emblemática Avenida Paulista de Sao Paulo, la mayor en población de ese país con una convocatoria ya un tanto difícil de calcular en cantidad de personas debido a que la mismas se perdían de vista, incluso si se intentaba calcular desde lo alto de sus rascacielos.
Los discursos no fueron menos de lo esperado en los actos centrales, con alto contenido proselitista, profundo despacho contra Lula da Silva y la izquierda brasilera, un ambiente que deja en claro las reñidas elecciones que se darán el próximo 2 de octubre en primera vuelta.
Por su lado, Luiz Inacio Lula da Silva criticó duramente a Bolsonaro, lo acusó de empañar la fiesta patria y de transformar un mitin a esta fecha en la cual los brasileños tardaron 200 años en prepararse para ser usado en su favor.
A 25 días de celebrarse las votaciones, los brasileros están totalmente divididos en intensión de votos. Si ambos candidatos se reencuentran en segunda vuelta, el ambiente de campaña será muy duro por el arrastre electoral que ambos presentan en el país con mayor demografía en América del Sur.
