En el marco de guerras en Ucrania y Gaza, el Papa Francisco enfocó su mensaje especialmente en un contenido antiguerra frente a unas 60.000 personas que lo esperaban en la Plaza San Pedro al medio día para la misa de Domingo de Resurrección. “La roca de la guerra, la roca de las crisis humanitarias, la roca de las violaciones de los derechos humanos, la roca del tráfico de personas, y otras más”.
El Santo Pontífice se presentó frente a 60.000 personas en el domingo de Resurrección en la Plaza San Pedro a pesar de no haber acudido al tradicional Vía Crucis el viernes santo para «preservar su salud».
Francisco explicó el significado de la resurrección de Jesús para poder dar su mensaje sobre que las guerras son “rocas demasiado pesadas que cierran la esperanza de la humanidad”.
“No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos. Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción?”, preguntaba desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
La Paz no se construye con armas
Añadió que “la guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme. La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”.
Explicó que gracias a la resurrección de Jesús, hizo posible un camino nuevo: el “camino de la vida en medio de la muerte, el camino de la paz en medio de la guerra, el camino de la reconciliación en medio del odio, el camino de la fraternidad en medio de la enemistad”.
“Él nos abre un pasaje que humanamente es imposible, porque sólo Él quita el pecado del mundo y perdona nuestros pecados. Y sin el perdón de Dios esa piedra no puede ser removida. Sin el perdón de los pecados no es posible salir de las cerrazones, de los prejuicios, de las sospechas recíprocas o de las presunciones que siempre absuelven a uno mismo y acusan a los demás. Sólo Cristo resucitado, dándonos el perdón de los pecados, nos abre el camino a un mundo renovado. Sólo Él nos abre las puertas de la vida, esas puertas que cerramos continuamente con las guerras que proliferan en el mundo”.
Reflexión sobre situaciones
Además, como es cotidiano en sus mensajes, hizo un repaso de varias situaciones dramáticas al rededor del mundo como de pobreza, hambre, violaciones de derechos humanos, terrorismo, tragedias debidas al cambio climático.
Pero esta vez, se enfocó en los enfrentamientos del Medio Oriente, Ucrania:“Mi pensamiento se dirige principalmente a las víctimas de tantos conflictos que están en curso en el mundo, comenzando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania”, dijo.
“Que Cristo resucitado abra un camino de paz para las martirizadas poblaciones de esas regiones. A la vez que invito a respetar de los principios del derecho internacional, hago votos por un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania: ¡todos por todos!”, expresó.
Para cerrar en este día tan importante para la religión católica, dijo:“En el día en que Cristo nos ha liberado de la esclavitud de la muerte, exhorto a cuantos tienen responsabilidades políticas para que no escatimen esfuerzos en combatir el flagelo de la trata de seres humanos, trabajando incansablemente para desmantelar sus redes de explotación y conducir a la libertad a quienes son sus víctimas”, urgió.
Y concluyó: “Que el Señor consuele a sus familias, sobre todo a las que esperan ansiosamente noticias de sus seres queridos, asegurándoles conforto y esperanza. Que la luz de la resurrección ilumine nuestras mentes y convierta nuestros corazones, haciéndonos conscientes del valor de toda vida humana, que debe ser acogida, protegida y amada. ¡Feliz Pascua a todos!”.