Las actividades culturales, turísticas y religiosas en diversas localidades del país, en el marco de la Semana Santa, han experimentado una masiva convocatoria, evidenciando un resurgimiento del turismo interno y un fervor renovado por nuestras tradiciones populares. Este fenómeno ha dejado en claro que los paraguayos apoyan y valoran las iniciativas locales que promueven el encuentro familiar y la conexión con la historia y las raíces de cada comunidad.
Entre los destacados eventos de esta Semana Santa se encuentra el caso emblemático de Tañarandy, donde el artista Koky Ruíz encabezó un movimiento cultural que rescató la rica historia de la compañía de San Ignacio, Misiones. Lo que inició como una labor casi solitaria se convirtió en un punto de referencia nacional durante esta festividad. Asimismo, en localidades como el Cerro Ñemby y Hernandarias, las iniciativas locales, respaldadas tanto por autoridades como por ciudadanos, cobraron vida, iluminando las calles y atrayendo la atención de residentes y visitantes.
Es notable cómo la promoción de las tradiciones, la riqueza cultural y la historia de las comunidades despiertan el interés y la participación de todos, demostrando que el rescate de la identidad local es fundamental para fortalecer el tejido social y económico de nuestras ciudades y pueblos. Esta realidad debe servir como un llamado de atención a los intendentes municipales de todo el país, sobre la importancia de fomentar la participación ciudadana y a invertir en la preservación y promoción de las tradiciones locales como motor de desarrollo.
La Semana Santa no solo revitalizó el turismo interno, sino que también impulsó diversos sectores económicos que habían sido golpeados por la pandemia. En Misiones y Alto Paraná, la hotelería experimentó una notable recuperación, con una ocupación que alcanzó el 91 por ciento en algunos casos. Además, la religiosidad popular movilizó a micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), incluyendo bares, almacenes, pescaderías, lomiterías y restaurantes, quienes vieron un aumento en la demanda de sus servicios y productos.
La celebración de la Semana Santa no solo es un momento de reflexión espiritual, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos comunitarios, promover el turismo interno y dinamizar la economía local. En base a esta experiencia, es importante que las autoridades, tanto a nivel local como nacional, reconozcan y apoyen el valor de nuestras tradiciones y se comprometan a preservarlas para las generaciones futuras. Es a través del rescate de nuestras raíces y el fomento de la participación ciudadana que se construye el desarrollo de las comunidades y se fortalece la identidad cultural. Ese debe ser el legado de las autoridades para las próximas generaciones.