Organismos del gobierno anunciaron un plan ambicioso de convertir la localidad de Puerto Indio, en un polo de desarrollo. Esta localidad, ubicada a poco más de 100 kilómetros al norte de Ciudad del Este, ha permanecido en relativo anonimato durante años, a pesar de su actividad comercial constante. Ahora, con la promesa de una ruta pavimentada que finalmente conectará esta zona con el resto del país, se vislumbra un futuro diferente.

A través de las tres balsas que operan entre Puerto Indio y Santa Helena, Brasil, cruza semanalmente un considerable volumen de camiones cargados con productos de exportación paraguayos. Desde nuestro suelo, parten maíz, soja y, en menor cantidad, mandioca, mientras que desde Brasil, ingresan fertilizantes, semillas y otros insumos agrícolas. Este flujo comercial ha sido constante a pesar del aislamiento que ha caracterizado a esta región.

El proyecto de desarrollo anunciado no solo busca impulsar la economía local, sino también abordar el desafío del crimen organizado que ha prosperado en estas áreas marginadas. El tráfico ilegal, que ha encontrado en el aislamiento de Puerto Indio un terreno fértil para sus actividades, es una preocupación que el Estado busca enfrentar con medidas concretas.

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp

Es necesario reconocer que la situación de Puerto Indio es representativa de un fenómeno más amplio que afecta a muchas localidades fronterizas de todo el país. La falta de atención y recursos ha dejado estas áreas en un limbo de desarrollo, mientras que las fuerzas del crimen organizado encuentran en ellas un terreno propicio para sus operaciones.

El proyecto para Puerto Indio, aunque prometedor, no puede ser visto como una solución aislada. Debe ser parte de un enfoque integral que aborde las necesidades de todas las localidades fronterizas, fortaleciendo tanto su desarrollo económico como la seguridad de sus habitantes.

Es de esperar que el caso de Puerto Indio sea un punto de partida para atender otras localidades fronterizas, tan vulnerables y permeables, también abandonadas e ignoradas, pero que tienen un enorme potencial de desarrollo y que con un poco de atención pueden colaborar efectivamente al desarrollo del país y al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.