Un nuevo estudio llevado a cabo en la zona cercana al polo sur lunar muestra que fue afectada por una importante actividad sísmica, efecto que además causa la reducción del tamaño del satélite terrestre.
La posibilidad de llevar a cabo misiones tripuladas a la Luna y la creación de puestos avanzados corren peligro tras la detección de estos movimientos sísmicos, en zonas marcadas por expertos de la Nasa, donde existiría una gran concentración de agua o hielos en los grandes cráteres en el polo sur el cual se encuentra permanentemente en el lado oscuro.
Los científicos creen los movimientos sísmicos podrían ser una amenaza para las futuras misiones tripuladas o para los habitantes de posibles asentamientos en el satélite de la tierra.
“El interior de la Luna aún está caliente y fundido en su núcleo, lo que hace que sea propenso a la actividad sísmica”, dijo Thomas R Watters, científico emérito del Centro de Estudios Planetarios y de la Tierra del Museo Nacional del Aire y del Espacio y autor principal del estudio.
“Al enfriarse, la Luna se contrae y reduce su tamaño. La circunferencia del cuerpo celeste disminuyó alrededor de 50 metros en los últimos cientos de millones de años, en parte debido a las fuerzas de marea ejercidas por la Tierra. El enfriamiento de la Luna provoca la aparición de fallas en su frágil superficie, que a su vez causan terremotos lunares, agregó.
«Las fallas de empuje se producen cuando una sección de la corteza más antigua empuja hacia arriba sobre la parte superior de su vecina más joven, provocando la formación de una «escarpa», o un pequeño escalón similar a un acantilado, en el paisaje lunar», finalizó el experto.