El nuevo asesinato de un periodista, Humberto Coronel, suma y sigue como hecho que trae dolor y luto en el país. La grave situación exige la vigencia de un servicio de inteligencia como método preventivo de la comisión de delitos. Resulta urgente disponer de sistemas de control policial, con unidades vehiculares y sistemas de rastreo de posicionamiento global.
Obviamente no habrá plan preventivo que asegure un ciento por ciento de seguridad. Sin embargo, mantener el descuido por carestía, al final, resulta más costoso y doloroso. El nuevo caso sucedido en Pedro Juan Caballero impone instalar instrumentos inteligentes para determinar frecuencias y lugares en donde se presenta la mayor incidencia delictiva.
La mafia y el crimen organizado están jugando casi con arco libre. Es que no se tiene en la práctica ningún Sistema de Identificación Único, que integre información sobre los datos para credenciales (Certificado de buena conducta, antecedentes policial y judicial) de la población que vive en el territorio nacional.
Aunque suene a gastos, no se puede continuar ignorando la necesidad de mayor inversión en infraestructura, equipamiento y tareas de
inteligencia en el combate a la delincuencia. Es imperiosa la aplicación y el fortalecimiento de un Sistema de Seguridad Pública como instancia de coordinación
Un efectivo servicio de inteligencia tiene su base en la conformación de unidades reales de recolección, procesamiento, análisis, planificación, producción, provisión e investigación de informaciones para el desarrollo y la defensa del país. Eso, en apariencia, no se tiene en la República.