Al terminar el Paraguay 4-3 Uruguay en el marco del Preolímpico Sub 23 en Venezuela, me acordé del magnífico discurso del genio creador de Apple, Steve Jobs en la Universidad de Stanford poco antes de su muerte, sobre “Los Puntos inconexos”. Jobs le explicaba a los estudiantes que celebraban su egreso, que según su propia experiencia, en la vida hay momentos y circunstancias que uno busca y vive y que en ese momento está lejos de entender porqué, pero que con el correr del tiempo esos puntos, aparentemente inconexos, se van uniendo y todo toma un gran sentido.
Cuando la televisión tomó la imagen de ambos técnicos saludándose al final del juego, la cara de Bielsa, DT de Uruguay era de pocos amigos (cuando no) y la de Jara Saguier, de una felicidad plena, de aquellas sonrisas que exceden largamente la satisfacción por el momento que se vive, si no que era la felicidad propia de alguien que se sabe se sacó una espina de adentro, cobró una deuda de larga data y le dio un gran sentido a todo, sobre todo, a volver a dirigir.
A Marcelo Bielsa, lo apodaron “El Loco” por sus singulares métodos de entrenamiento en las inferiores de Newells a inicios de los ’80.
El Bambino recibió ese mote del periodista Edgardo Villalba Viccini el mismo día de su debut, haciendo referencia a la cara de niño del jugador que hacía su aparición en filas de Cerro Porteño a la corta edad de 16 años.
El Loco Bielsa tiene 68 años, argentino, hoy DT de Uruguay y El Bambino 71 años, entrenador de Paraguay Sub 23, son casi contemporáneos, el primero con una carrera mediocre como futbolista y espléndida como técnico, el segundo con carreras igualmente importantes en ambas ramas.
La primera vez que se vieron las caras fue en el Preolímpico de Chile en el 2004, en el Sausalito de Viña del Mar, etapa final del torneo, Bielsa a cargo de la selección de su país ganó el duelo a Jara Saguier por 2-1 el 23 de enero de ese año, resultado que terminó siendo determinante para que la Albiceleste quede campeona y la Albirroja segunda en ese torneo, aunque ambas consiguieron el boleto a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Ya en tierras helénicas, 7 meses después, otra vez ambas selecciones y ambos entrenadores tuvieron destacadas actuaciones y se volvieron a enfrentar en el juego decisivo, por la Medalla de Oro. Un gol de Tévez le dio la mayor alegría de su carrera a Bielsa, que así le volvía a ganar al Bambino.
Cuando Jara Saguier tomó las riendas del Sub 23 muchos nos sorprendimos porque pensamos que su carrera ya estaba cerrada tras 5 años sin dirigir en primera y después de haber dirigido a las selecciones Sub 23 (2003-2004 y 2015) y a la Sub 17 (2015, sudamericano y mundial) hacía ya bastante tiempo.
Sin embargo, ayer, casi 20 años después de aquellos enfrentamientos del 2004, con El Loco sentado en el banco de Uruguay y El Bambino dirigiendo a su querida selección, la satisfacción fue del paraguayo.
¡Que 20 años no es nada!, canta el tango, claro que no lo es, sobre todo para unir puntos “aparentemente inconexos” de los que hablaba el genio.