La primera ministra británica Liz Truss presentó su dimisión al cargo, arrastrada por una serie de dimisiones en su gabinete y la presión ciudadana que pedía que abandone el liderazgo del país.
Truss se convierte así en la primera ministra británica más breve de su historia, con apenas un mes y medio (44 días) al frente de Downing Street.
«No puedo continuar el mandato que me fue encomendado por el partido. He telefoneado a Carlos III para comunicarle mi decisión de abandonar el liderazgo del partido conservador. Continuaré en el cargo durante el período de transición. Gracias», dijo la ahora ex primera ministra.
Tras anunciar su dimisión Truss dijo que cuando fue elegida líder del Partido Conservador, ya había gran inestabilidad económica a nivel global por la invasión de Putin.
La dimisión de Truss, que llegó al cargo en sustitución de un también defenestrado Boris Johnson, era esperada. Tras el fracaso de su plan fiscal y la debacle de la libra, Truss intentó mantener la autoridad en el partido despidiendo al titular de Economía, Kwasi Kwarteng, y dando marcha atrás en la mayoría de las medidas más polémicas de su propuesta de presupuestos. Sin embargo, para la mayoría su autoridad estaba ya perdida.